En el
pueblo de Santo Domingo dentro de la mansión Valencia, doña Teresa, Francisco y
Cristian desayunaban en completo silencio... la atmósfera se sentía tensa por
la presencia del doncel en el comedor.
Disimuladamente,
Francisco observaba con atención a Cristian...
...veía
con agrado la gracia y delicadeza con la que su joven doncel se movía.
De
pronto, a la mente del varón llegaron los recuerdos de su noche de bodas...
evocaba los gestos y gemidos del doncel mientras lo hacía suyo... el ojiazul no
pudo evitar sentir un cosquilleo en su entrepierna ante las eróticas imágenes
en su memoria.
El silencio
fue interrumpido por las palabras de Cristian: muchas gracias, ya he terminado
de desayunar... con su permiso, me retiro...
Rápidamente,
Francisco se puso de pie para retirar el asiento de su doncel, quien le
agradeció el gesto de caballerosidad.
Una vez
que Cristian salió del comedor, doña Teresa dijo con un tono molesto: no puedo
creerlo... ese chico ni siquiera se dignó a dirigirme la palabra, es un grosero
de lo peor...
Francisco
miró a su abuela y respondió: cuando Cristian agradeció por el desayuno y pidió
permiso para retirarse se dirigió a ambos, ¿qué querías? ¿qué te hiciera una
reverencia y te besara los pies?
T: no
seas ridículo... únicamente espero un poco de respeto y amabilidad de su
parte...
F:
Cristian no te ha faltado al respeto y si quieres que él sea amable contigo,
empieza tú por darle el ejemplo...
Con una
sonrisa irónica, la anciana dijo: ja... pero mira con que garra defiendes a ese
muchachito...
F: es mi
doncel ¿recuerdas abuela?... como su marido es mi deber defenderlo y
protegerlo... con tu permiso, yo también ya terminé de desayunar...
Francisco
salió del comedor y doña Teresa dio un bastonazo en señal de molestia... sin embargo,
la anciana tenía que reconocer que le agradaba que su nieto tuviera carácter y
se revelara incluso contra ella.
*********
Dentro de
su habitación, Cristian observaba el jardín de rosas desde la ventana... de
pronto escuchó que la puerta se abrió y detrás de él estaba Francisco.
El doncel
agachó su mirada y el varón tomó su mentón para obligarlo a mirarlo a los ojos.
F:
gracias...
C: ¿por
qué me agradeces?
F: por
haberme dado el gusto de bajar a desayunar conmigo y con mi abuela...
Cristian
se alejó de Francisco y respondió tartamudeando: y-yo lo hice p-porque...
F: no
necesito que me des explicaciones... yo sé que todo esto es difícil para ti,
pero también lo es para mí... no sé cómo comportarme contigo... no sé qué debo
hacer para ser un buen marido...
El doncel
apreció la sinceridad con la que el ojiazul le hablaba y contestó de la misma
manera: yo tampoco sé lo que debo hacer... estoy muy confundido... esta no es
la vida que tenía planeada para mí...
Francisco
se acercó a Cristian y lo tomó de las manos: lo sé... ambos estamos pasando por
un cambio de vida... ninguno sabe lo que debe hacer, pero podemos ayudarnos
mutuamente... este matrimonio no tiene que ser un calvario...
El pelinegro
sentía la calidez de las manos del varón y respirando agitadamente, tuvo que
alejarse, pues temía caer en el hechizo de los profundos ojos azules de su
marido.
Francisco
se acercó nuevamente al doncel y quedando a sus espaldas, insistió: Cristian, déjame
intentar ser el hombre que necesitas para ser feliz… yo sé que tu vida no ha
sido fácil, pero si me das la oportunidad de amarte, estoy seguro que yo puedo
hacerte olvidar todo lo que hayas llorado…
Sintiendo
recorrer un escalofrío por todo su cuerpo ante las palabras del varón, Cristian
contestó titubeando: d-déjame pensarlo...
Francisco
sonrió disimuladamente y dirigiéndose a la puerta habló: está bien, piénsalo...
voy a salir por unos asuntos de trabajo... regreso más tarde...
El varón
salió y Cristian se quedó oliendo las rosas que habían sido llevadas a su
habitación.
Francisco
subió a su caballo y a todo galope se alejó de la mansión Valencia… mientras
recorría sus tierras, sentía el viento golpear su cara y sonreía al evocar el rostro
de Cristian.
En un
día, el pelinegro le había demostrado a Francisco que podía ser el doncel que
él buscaba.
Evocando el
momento en el que hizo suyo a Cristian, el varón sentía que su sangre hervía y
su corazón latía con más fuerza.
Francisco
continuó cabalgando mientras en su cabeza resonaba una melodía, una canción que
describía lo que más deseaba en esos momentos de su doncel.
“Quisiera
que cuando abrazaras tu almohada le platicaras de mí…
Y por
las tardes te mordieran las ganas para volverme a sentir…
Saber
que soy el fuego que corre por tu piel.
Llévame
en el alma, llévame en tus sueños y en la ilusión, en tu mirada…
Llévame
en tu risa, en tus horas bajas o en el dolor, a donde vayas…
Llévame,
donde estés… llévame, donde estés…
Llévame
hasta el final, que yo te haré olvidar todo lo que hayas llorado”.
**********
Cristian continuaba
dentro de su recámara cuando alguien tocó su puerta… era el viejo jardinero de
la mansión.
Con
respeto, el hombre se dirigió al doncel: buenos días joven, soy José, el
jardinero y vengo a preguntarle si las rosas que corté para usted son de su
agrado…
El
pelinegro contestó con timidez: ehhh, s-sí… gracias don José, todas están muy
lindas…
J: me
alegra que le hayan gustado… el patrón, don Francisco, me pidió que
seleccionara las mejores rosas para usted… no cabe duda que él quiere que usted
se sienta a gusto en esta casa…
Sin
contestar nada, Cristian solo dirigió una leve sonrisa al jardinero, quien
dijo: con su permiso y a sus órdenes, joven…
Antes de
salir, el doncel detuvo al anciano diciendo: espere don José, ¿usted tiene
muchos años trabajando aquí?
J: sí,
joven, muchísimos años, tantos que ya perdí la cuenta…
C:
entonces, ¿usted conoció a la mamá de Francisco?
J: no
joven, yo no tuve el gusto… la mamá del patrón nunca vivió en esta casa… el
patrón fue hijo ilegitimo de don Manuel Valencia… la esposa de don Manuel, doña
Margarita, nunca pudo darle hijos y don Manuel tuvo a Francisco con otra mujer ¿acaso
no lo sabía?
C: había
escuchado algo, pero en realidad todavía conozco muy poco del hombre con el que
me casé…
Sonriendo,
el jardinero contestó: es completamente normal en matrimonios arreglados como
el de usted, pero no tema en preguntarle a don Francisco sobre su vida pasada… ábrale
el corazón a su marido y descubrirá que es un gran hombre… usted tuvo suerte en
desposarse con alguien como él…
Sin decir
más, don José se retiró dejando a Cristian hundido en sus pensamientos.
Embriagado
con el aroma de las rosas en su habitación, Cristian pensaba en las palabras
que Francisco le dijo antes de marcharse.
“Cristian,
déjame intentar ser el hombre que necesitas para ser feliz… yo sé que tu vida
no ha sido fácil, pero si me das la oportunidad de amarte, estoy seguro que yo
puedo hacerte olvidar todo lo que hayas llorado”.
De
pronto, alguien más tocó a la puerta, era Lupe, su sirvienta personal.
L: señor
Cristian, en el buzón encontré esta carta dirigida a usted...
Con gesto
de extrañeza, el doncel tomó la misiva y la leyó rápidamente... sus ojos se
abrieron grandemente al leer el contenido de la carta.
**********
Mientras
tanto en la gran ciudad, Ricardo daba de vueltas dentro de su humilde y pequeña
vivienda.
El doncel
no sabía qué hacer... Esteban había salido desde hace un rato y aún no
volvía... lejos estaba de imaginar que su amado había sido atropellado.
La
impaciencia invadía a Ricardo observando un viejo reloj, cuyas manecillas no
dejaban de caminar convirtiendo los minutos en horas... de repente, tocaron a
la puerta de la casa y el rubio atendió... era el paramédico de un hospital
público, quien le comunicó al doncel lo que le había ocurrido a Esteban.
De
inmediato, Ricardo fue a la clínica donde se encontraba el pintor... el médico
que lo atendía le explicó la situación al rubio.
Doctor:
el golpe que recibió su esposo le provocó una desviación en su columna, además
los huesos de su mano derecha están fracturados... es necesario que lo operemos
lo más pronto posible, de lo contrario corre el riesgo de no volver a
caminar...
Los ojos
verdes de Ricardo se desorbitaron al escuchar el alarmante diagnóstico, por lo
que suplicó: opérelo doctor... haga lo que sea necesario para que Esteban quede
bien...
Doctor:
eso haremos joven, pero este hospital es público y no contamos con lo necesario
para intervenir a su esposo... es necesario que paguen una cuota para que
podamos operarlo...
R: ¿cuánto
dinero se necesita?
El doctor
dio la suma aproximada, la cual no sería posible de pagar, pues ni Ricardo ni
Esteban contaban con los recursos necesarios.
Doctor:
¿qué pasa? ¿no tiene el dinero?
Agachando
la cabeza, Ricardo respondió apenado: no doctor... no tengo esa cantidad de
dinero...
Doctor:
pues le aconsejo que lo consiga... de lo contrario, las consecuencias para su
esposo serán fatales...
R: ¿puedo
ver a Esteban?
Doctor:
s-sí... ya le hemos administrado un calmante y analgésicos para el dolor...
venga conmigo...
Poco
después, Ricardo se encontró con Esteban, quien acostado en una cama mostraba
golpes en todo su cuerpo y rostro.
Cuando el
pintor vio al rubio, su cara se iluminó: Ricardo, mi amor... qué bueno que
estás aquí... perdóname, perdóname por favor...
Con tono
de angustia, Ricardo preguntó: ¿por qué me pides perdón?
E: porque
lo arruiné todo... te prometí el cielo y mírame ahora... no puedo ni moverme...
Lágrimas
comenzaron a salir de los ojos de Esteban y Ricardo se conmovió de verlo tan
afligido.
R: no llores,
por favor... vas a salir de esta... verás que pronto todo será un mal
recuerdo... el médico ya me dijo que van a operarte y después continuarás tu
vida con normalidad...
E: ¿y si
no es así?... qué pasará si quedo inválido o peor aún, si mi brazo derecho
queda inmóvil ya no podré volver a pintar...
R: no
pienses de esa forma... ten fe en que la operación saldrá bien... eres joven y
fuerte, podrás con todo esto...
Esteban
tomó las manos del rubio y con mirada suplicante le dijo: no me dejes solo
Ricardo... ahora eres mi única fuerza... si me abandonas, preferiría morirme...
R: no
seas tonto... yo no voy a dejarte... juntos vamos a salir adelante...
Con
esfuerzo, Esteban besó las manos de su chico: gracias Ricardo... te amo
demasiado y no soportaría perderte...
Dando un
fuerte suspiro, Ricardo dijo: sólo que hay un problema... para que te operen es
necesario pagar una suma de dinero, la cual yo no tengo...
E: no te
preocupes por eso... yo tengo unos ahorros y aunque no es suficiente, voy a
darte la dirección de mi amigo, la persona a la que iba a mostrarle mis
cuadros... pídele ayuda a él...
R: ¿crees
que pueda prestarte el dinero?
E: no
estoy seguro, pero hay que intentarlo... ve a buscarlo ahora mismo, él se llama
Gilberto De la Fuente...
**********
Y en
Santo Domingo, Cristian llegó a la casa donde vivía con su madre... en cuanto
Magdalena escuchó la voz de su hijo, se acostó rápidamente en su cama y se
cubrió con una sábana.
En doncel
entró a la recámara de su mamá, quien lo recibió con una fingida sorpresa.
M:
hijo... gracias Dios que estás aquí... acércate por favor, yo no puedo
hacerlo...
Cristian
obedeció y llegando hasta el pie de la cama, dijo: ¿qué tienes mamá?... la
carta que me mandaste me alarmó demasiado... me escribiste que te encontrabas
muy mal de salud...
M:
discúlpame por preocuparte, es verdad que estoy enferma, pero tampoco es tan
grave... si te escribí eso fue porque pensé que era la única forma de hacer que
vinieras... después de todo, tú no quieres saber de mí...
C: ¿qué?
¿quién te dijo eso?
M: pues
es obvio... debes pensar lo peor de mí, después de lo que hice para salvar a
nuestra familia...
Cristian
respondió con firmeza: ¿para salvar a la familia o para salvarte a ti?
M: por
favor hijo, no me juzgues tan severamente... a pesar de todo soy tu madre y me
debes respeto...
C: y yo
soy tu hijo, sin embargo tú no respetaste mi opinión, ni siquiera me la
pediste... me intercambiaste con los Valencia como si fuera un simple objeto...
M: no
tenía otra salida... Ricardo traicionó mi confianza y...
C: y yo
tenía que pagar por lo que hizo mi hermano... siempre ha sido así... desde
niños, Ricardo podía hacer lo que quisiera, mientras yo tenía que reparar lo
que él rompía... ¿por qué mamá? ¿por qué me condenaste al destino de vivir
siempre a la sombra de mi hermano?
M: no
volvamos con tus absurdos celos, entiende que ahora no estoy bien de salud...
C: no son
celos y tampoco son absurdos... tú nunca vas a entender lo que siento...
Con lágrimas
en los ojos y la voz rompiéndose, el doncel añadió: lo único que he deseado
toda mi vida es tu aceptación, tu cariño, un poco de tu afecto de madre...
Sintiendo
que el corazón le sangraba por todo lo que le pasaba, Cristian prefirió darse
la vuelta y salir de la habitación de su madre, pero Magdalena no se lo
permitió.
Poniéndose
de pie, la ambiciosa mujer detuvo al doncel y le dijo: no te vayas... yo sé que
he cometido muchos errores... no he sido la mejor madre del mundo, pero podemos
comenzar de nuevo... ahora Ricardo ya no está, sólo nos tenemos tú y yo... sin
ti, estaría completamente sola... perdóname hijo, por favor...
Cristian
no soportó más el llanto y abrazó a su madre dejando salir todo el dolor que
tenía en su pecho.
La mujer
acarició el cabello de su hijo mientras le decía: llora hijo... no tengas pena
de llorar con tu madre...
Y
mientras Cristian sollozaba en el hombro de Magdalena, la ambiciosa mujer
sonreía al lograr su propósito de tener a su hijo nuevamente de su lado... sus sentimientos
por el doncel no habían cambiado, pero ahora más que nunca le convenía hacerle
creer que lo quería.
**********
En la
gran ciudad, Ricardo llegó a la dirección que Esteban le había indicado... era
un edificio de varios pisos, por lo que en la recepción pidió hablar con
Gilberto de la Fuente... cuando le preguntaron su nombre, el rubio se anunció
como Esteban Domínguez.
Minutos
después, Ricardo estaba frente a frente con Gilberto, quien era un hombre de
aproximadamente 40 años, de piel blanca, cabello negro, ojos del mismo color,
elegantemente vestido y con un aire de superioridad, además de emanar una
fuerte fragancia masculina que llenaba todo el lugar.
Desde el
escritorio de su oficina, el hombre también observó de pies a cabeza a Ricardo
y preguntó: ¿quién eres tú? no recuerdo que Esteban tuviera unos ojos tan
bellos como los tuyos...
Irguiéndose
con seguridad, Ricardo habló: buenas tardes señor... estoy aquí porque a
Esteban le ha ocurrido una tragedia y...
Gilberto interrumpió
y acercándose al rubio dijo: un momento, te pregunté ¿quién eres tú?... se
supone que Esteban vendría a verme... no entiendo por qué te mandó a ti...
R: yo soy
Ricardo De Aragón... soy la pareja de Esteban y él no está aquí porque tuvo un
accidente...
Nuevamente,
el hombre barrió con la mirada al rubio y comentó: ¿así que tú eres su
novio?... vaya, eres tal cual Esteban me contó... creí que su alma de artista
lo hacía imaginarte más hermoso de lo que me dijo... pero tenía toda la
razón...
Sin hacer
caso a los comentarios de Gilberto, Ricardo dijo: por favor... Esteban necesita
de su ayuda...
G: ¿qué
clase de ayuda?
R:
Esteban fue atropellado y necesita ser operado con urgencia...
desafortunadamente no contamos con el dinero necesario, por eso él me pidió que
viniera a hablarle para ver si podía facilitar el recurso para la operación...
Gilberto
sonrió y sacando de su saco un cigarro lo prendió para luego decir: así que
Esteban está muy mal... pues lo siento mucho, pero yo no puedo darte lo que me
pides...
R: pero
por qué no... es obvio que usted tiene el dinero que hace falta... le aseguro
que Esteban le pagará hasta el último centavo...
G:
contéstame una cosa, ¿qué pasaría si no operan a Esteban?
R:
pues... corre el riesgo de quedar inválido, además que ya no podría mover su
brazo derecho...
G:
entonces con mayor razón no puedo prestarte...
R: ¿por
qué no?
G: porque
toda operación tiene un margen de fallo... si yo te presto el dinero y la
operación fracasa, Esteban no podría volver a pintar y entonces nunca me pagará...
R: pero
yo tengo fe en que la operación será un éxito...
Gilberto
habló con prepotencia: la fe para mí no es garantía... yo soy un hombre de
negocios y sólo invierto dinero cuando sé que puedo ganar... por eso estaba
dispuesto a apostar por Esteban, porque vi en él mucho talento... es una
lástima que haya pasado este accidente... si sólo viniste para pedirme dinero,
ya te puedes ir...
Lleno de
rabia, Ricardo apretó sus puños mientras se mordía los labios para no gritarle
a Gilberto que era un canalla.
R: pensé
que Esteban era su amigo...
G: no, si
él te dijo eso se equivocó... Esteban sólo es un conocido y alguien por quien
estaba dispuesto a apostar... ahora ya no estoy interesado en hacerlo...
Ricardo
miró con mirada altiva a Gilberto y dijo: tiene razón, Esteban se equivocó...
él me pidió que viniera a hablar con un "hombre", no con un tipejo
como usted... con permiso...
El rubio
salió de la oficina de Gilberto, quien continuó fumando su cigarro con una
sonrisa cínica en sus labios.
**********
Y a la
mansión Valencia, Francisco regresaba montando su caballo... cuando entró a la
casa se encontró a su abuela con un gesto de contrariedad.
F: ¿qué
pasa abuela? ¿por qué tienes esa cara?
T: te lo advertí...
esto pasa porque eres demasiado blando...
Con tono
serio, el ojiazul preguntó: ¿de qué hablas? explícame qué sucedió...
T:
Cristian escapó... Lupe y yo lo buscamos por toda la casa y no está... tu
doncel se fue...
Francisco
sintió un fuerte golpe en el pecho ante la noticia.
F: eso no
puede ser... debe estar en algún lugar de la casa... o seguramente pasó algo
y...
Dando un
bastonazo en el suelo, la anciana replicó: no seas ingenuo Francisco... ese
muchacho se escapó y tú tienes la culpa...
F: ¿yo?
¿de qué me acusas abuela?
T: de ser
un hombre tibio... no has sido lo suficientemente duro con ese chico... no le
has demostrado que con un Valencia no se juega... no has tenido el suficiente
carácter para domar a ese doncel...
El ojiazul
vociferó: ya cállate abuela... no sabes lo que dices...
T: sé muy
bien de lo que hablo... a los donceles hay que enseñarles quien manda o de lo
contrario hacen lo que quieren... este chiquillo salió igual que su hermano...
el otro se escapó el día de la boda y este unos días después de casarse...
Ofuscado
por todo lo que su abuela le decía, Francisco respondió: no, Cristian aún no se
ha escapado... no pudo haber ido muy lejos... ahora mismo voy a buscarlo y voy
a traerlo aunque sea a rastras...
T: así se
habla hijo... los De Aragón no se van a burlar de nosotros... no por segunda
ocasión...
Sin decir
más, Francisco salió a toda prisa de la casa y montando su corcel se dirigió al
pueblo... en su cabeza se arremolinaban las palabras de su abuela... ¿realmente
era demasiado blando? ¿debía tratar con mayor dureza al doncel?
En tanto,
Cristian ya había salido de su casa y caminaba por las calles con la intención
de regresar a la mansión Valencia... esperaba que no hubieran notado su
ausencia.
Por su
parte, Francisco galopaba por el pueblo buscando a su doncel y no tuvo que ir
muy lejos, pues al pasar por una de las calles cercanas a la plaza central de
Santo Domingo, vio a Cristian caminando presurosamente.
Un grito
resonó en esa calle sobresaltando el corazón del doncel.
F: ¡¡¡¡Cristiaaaaaannnnn!!!!
El ojinegro
volteó y se sorprendió al ver a Francisco, quien se acercó con su caballo
mirándolo de manera amenazante...
C:
F-Francisco...
El varón
habló con voz firme: ¿qué haces aquí? ¿quién te dio permiso de salir?
Sin
entender el porqué, Cristian se sintió atemorizado y tartamudeando dijo: y-yo
sólo salí a...
Francisco
interrumpió: cállate y ven conmigo... en la casa hablaremos...
Notando
el tono hosco de su marido, Cristian preguntó: ¿qué te pasa? ¿por qué me tratas
así?
F: te
trato como te mereces y ahora dame la mano y sube al caballo...
Molesto
por el maltrato, Cristian se negó: no, no voy a ir contigo... si regreso, lo
haré por mis propios medios...
El doncel
le dio la espalda a Francisco e intentó alejarse caminando... el varón se puso
furioso por la rebeldía de Cristian y rápidamente se bajó del caballo para
perseguirlo.
F: te
dije que vendrás conmigo y me vas a obedecer, aunque sea a la fuerza...
En esos
momentos, Cristian sintió cómo era elevado por los aires... Francisco cargó al
doncel como si fuera un costal de papas, por lo que el ojinegro comenzó a
patalear pidiendo que lo soltará.
C:
bájame... bájame ahora mismo...
El varón
no hizo caso y caminó con Cristian hasta llegar a su caballo, donde colocó con brusquedad
a su doncel... de inmediato, el ojiazul se montó sobre el cuaco, situándose
detrás del rebelde joven para aprisionarlo con sus brazos.
Cristian
seguía remilgando: bájame... eres un abusivo...
Francisco
contestó: agárrate fuerte o te caes...
Sin decir
más, el varón dio la orden a su caballo para galopar a toda prisa de regreso a
la mansión Valencia.
**********
Y en la
gran ciudad, Ricardo le contaba a Esteban la forma en la que Gilberto lo había
tratado.
E: no
pensé que Gilberto fuera esa clase de hombre... perdóname mi amor, sólo te hice
pasar un mal momento...
R: eso no
me importa... lo malo es que no tenemos el dinero que se necesita para tu
operación... ¿no conoces a alguien más que pueda prestarnos?
E: sabes
que el pueblo de donde vengo está muy lejos de aquí... mi única esperanza era
Gilberto...
R: pero
él no nos prestará... ¿qué podemos hacer?
Con los
ojos llenos de lágrimas, Esteban dijo: no hay nada qué hacer... será mejor que
te regreses a Santo Domingo... vuelve con tu familia y déjame aquí... a mi lado
sólo te espera el sufrimiento...
R: no
digas tonterías... yo nunca haría eso... sabes que te quiero...
E: pero
ahora voy a ser un lisiado... un hombre que no servirá para nada...
Con voz
fuerte, el rubio dijo: no repitas eso... tú no vas a quedar lisiado... yo voy a
conseguir ese dinero... de alguna manera lo voy a conseguir y te van a operar,
te lo prometo...
**********
Mientras
tanto en la mansión Valencia, Francisco subía las escaleras llevando a Cristian
nuevamente como si se tratara de un costal... el doncel no dejaba de gritar
pidiendo que lo bajaran.
En cuanto
entraron a su habitación, el ojiazul arrojó al doncel a la cama... Cristian se
puso de pie rápidamente y lleno de rabia le dio una bofetada a su marido.
C: eres
un salvaje... ¿cómo te atreves a tratarme así?
Sin
inmutarse por el golpe, Francisco respondió: ya te dije que te trato como te
mereces...
A punto
de llorar, Cristian dijo: yo no merezco esto...
F: esta
vez tus lágrimas no van a conmoverme... mi abuela tiene razón, no mereces que
te trate con delicadeza... he querido ser amable contigo y cómo me pagas...
escapándote en la primera oportunidad que tienes...
C: yo no
quise escapar... fui a ver a mi madre porque...
F: no
mientas ni quieras justificarte... están claras tus intenciones cuando no
pediste mi autorización para salir...
El doncel
vociferó: y por qué tengo que pedirte permiso...
Francisco
gritó con más fuerza: porque eres mi doncel... soy tu marido y tú sólo puedes
ir a donde yo diga...
C: estás
loco si crees que voy a vivir de esta manera... puedes ser mi marido, pero no
eres mi dueño, ni yo estoy preso en esta casa...
Francisco
tomó de los hombros al doncel y mirándolo a los ojos le dijo: por supuesto que
soy tu dueño... eres mío Cristian, entiéndelo de una vez...
Asustado,
el pelinegro se soltó del brusco agarre de Francisco y se alejó para colocarse
en un rincón, donde comenzó a llorar.
El varón
dijo: no quiero ser violento contigo, así que no me obligues a serlo...
Francisco
no dijo más y salió de la recámara al tiempo que Cristian se tiró sobre su cama
para sollozar amargamente.
C: ¿por
qué Dios Mío? ¿por qué me condenas a este calvario? ¿por qué?
El tierno
doncel no comprendía cuál era la verdadera personalidad de Francisco, quien por
momentos se mostraba amable y gentil, pero en otras era agresivo y violento.
**********
La noche
cayó en la gran ciudad y Ricardo daba de vueltas en los pasillos del hospital
sin saber qué hacer para conseguir el dinero para la operación de Esteban.
El doctor
que atendía al pintor se acercó y le preguntó: ¿consiguió el dinero?
R: no
doctor... aún no...
Doctor:
no quiero presionarlo, pero es urgente que operemos a su esposo, de lo
contrario...
R: sí, ya
sé... le aseguro que mañana conseguiré el dinero...
El médico
asintió y Ricardo se agarró la cabeza fuertemente... la desesperación comenzaba
a invadirlo.
De pronto
a su mente llegó una idea.
R: ¿y si
me comunico a Santo Domingo? si hablo con Cristian y le explico lo que me está
pasando, estoy seguro que él me ayudara... al principio me reclamará, pero
terminaré por convencerlo... siempre he podido manipularlo... él tiene que ayudarme...
Ricardo
se dirigió al área de teléfonos públicos para intentar comunicarse con su
hermano, pero antes de hacerlo se topó con quien menos esperaba.
Frente a
Ricardo estaba Gilberto De la Fuente, que lo miraba con la prepotencia que lo
caracterizaba.
El rubio
habló con desdén: ¿qué hace usted aquí?
G: vine a
buscarte…
R: ¿cómo
supo que estaba aquí?
G:
Esteban me dijo donde vivían, así que fui a ese lugar y ahí me dieron esta
dirección...
R: ¿y qué
es lo que quiere? ya me dijo que no le prestara el dinero a Esteban...
Con una
sonrisa cínica, Gilberto dijo: a él no, pero a ti sí...
Sorprendido,
Ricardo preguntó: ¿cómo?
G: lo que
escuchaste... a Esteban no voy a prestarle porque no tengo garantía de que me
pague, sin embargo tú y yo podemos llegar a un acuerdo...
Ricardo
miró con desconfianza a Gilberto, quien barría con sus ojos todo el cuerpo del
pelirrubio.
**********
Dentro
del despacho de la mansión Valencia, Francisco tomaba una copa de whisky, una
más de las varias que ya llevaba.
El coraje
que sentía no disminuía a pesar del alcohol que consumía para intentar
tranquilizarse.
En su
cabeza daban de vuelta las ideas que le había metido su abuela, así como los
gritos y lágrimas de Cristian.
Francisco
pensaba: no debo dejarme conmover... él es igual que todos los donceles, Cristian
no es como yo pensaba... todos los donceles son unos interesados de lo peor,
todos son iguales, lo único para lo que sirven es para...
Después
de tomarse de un sorbo lo que quedaba en su copa, Francisco salió del despacho
y se dirigió a su habitación.
El
ojiazul entró a la recámara, que estaba con la luz apagada... sigilosamente se
acercó al lecho y vio que Cristian ya estaba dormido.
El varón
apreció la belleza del doncel que aún con los ojos hinchados por tanto llorar
mantenía la ternura en su rostro.
Francisco
sonrió y comenzó a desvestirse quedando sólo con su ropa interior.
De
inmediato se metió a la cama para acostarse al lado de su doncel, quien al
sentir el movimiento se despertó sorprendiéndose de ver a Francisco.
Cristian
intentó gritar, pero sus labios fueron sellados al ser besado apasionadamente
por su marido.
Continuará…
Esa condenada vieja solo está está metiendo cizaña y los está distanciando en lugar de que estén bien.
ResponderEliminarY Francisco,por dios,ni que fuera un adolescente que se deja manipular por ella,no sé cómo pretende ganarse el amor de Cristian así....
Por ambas familias,lo único que van a hacer es llegar a odiar.
Y eso de que tome y luego busque las caricias de Cristian,pues tampoco es muy agradable que digamos....
Se q Francisco se dejó llevar por la sisaña pero esto tenía q ocurrir esto mete trama celos deseos pasión kyaaaaa y también saca su personalidad la otra cara de él esto me esta gustando sabemos q Cristian tiene q sufrir y tendrá conocer es parte de su vida para abrir sus hijos sobre su madre y este calvario continuará siiiiiiiiii
EliminarHola, gracias por tu comentario... pues aunque Francisco no es un adolescente, pero recuerda que él tiene una historia no muy grata con el doncel que le rompió el corazón, por eso está predispuesto contra los donceles... y bueno sobre buscar a Cristian cuando está con unos tragos, pues recuerda que los niños y los borrachos siempre dicen la verdad y hacen lo que realmente desean, pero no se atreven... saluditos ;)
EliminarSiiiiiiiiii espera esto me encanta lo posesivo q puede ser francisco... El otro caso....
ResponderEliminarPobre se q se accidentó esta mal pero
Ahora q ara su perra se va vender mm si lo hace no me importa en realidad ese sujeto lo logrará o lo violar a a Ricardo jaja para q tenga protagonismo ashhhh enserio el no es necesario q le pasará mejor asu pareja q se recupere... lo q importa lo q pasa con Cristian kyaaaaaaa espero el lemonnnnn siiiiiiiiiiiiiii
Hola, pues sí Francisco puede ser muy posesivo, pero también protector, ya veremos más de esta pareja en próximos capítulos... y respecto a Ricardo, te aseguro que sí importa lo que le sucede porque repercutirá más adelante en la historia... gracias por tu comentario... saluditos!!!
EliminarNo sé por qué adoro que los semes sean así de posesivos *w* a ver como va el segundo lemon *0* y ojalá que Christian sepa defenderse también
ResponderEliminarMe alegro que Esteban no muriera, pero que triste que esté tan mal y pues ya me veía venir que Gilberto querría otra cosa a cambio de ayudar, espero que Ricardo tome la mejor decisión
Amé la contiFue grandiosa y esperaré súper ansiosa por más, cuídate mucho, hasta pronto!!!
Holaaa... pues creo que a tod@s nos gusta que sean posesivos, jajaja, les da un aire muy pasional... te aseguro que el segundo lemon va estar que arde, ya lo leerás... y respecto a Ricardo, pues él no se caracteriza por tomar las mejores decisiones, pero ya veremos qué pasa... saluditos!!!
EliminarEntre la abuela de Francisco y la madre de Cristián, no podrán tener paz ni una relación normal...
ResponderEliminarRicardo debe conseguir dinero para operar a Esteban pero su supuesto amigo le dio la espalda.
Esteban le pide que se vuelva a su pueblo pero el rubio insiste en que él conseguirá el dinero.
Se encuentra con Gilberto y este le va a proponer un trato.
Cristian recibió carta de su madre y la fue a visitar. Como siempre lo convenció de que la ayude y no la odie; Francisco está lleno de dudas por todas las cosas que le dijo su abuela y lo fue a buscar. Ahora está semi borracho nuevamente y busca a Cristián en la cama...
Muy buen capítulo! Ya te extrañaba!
Saludos!!
Hola, muchas gracias... el trabajo no me deja actualizar tan rápido como quisiera, pero poco a poco la historia va avanzando y se vienen muchas cosas emocionantes... no dejes de leerlas... saluditos!!!
EliminarNecesitamos q Lupe envene a la abuela de Francisco y pueda ser libre y tratar a Cristian con debe ser un buen esposo quién me apoya
ResponderEliminarJajajajaja... ¿ya tan pronto quieres matar a la abuela de Francisco?... pues creo que la señora seguirá dando lata por un rato... XD
EliminarEsa vieja puede morir en cualquier momento la q debe morir es la mamá de cristian
ResponderEliminarY la continuación
ResponderEliminarDemasiado tiempo sin la continuación ��
ResponderEliminarNo me aparece la actualización y 3l capítulo 10 era el último que había leído
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