13.- Propuesta indecorosa



Hace sólo unas semanas, la vida para Cristian De Aragón dio un giro de 180 grados... de ser un doncel a punto de convertirse en religioso, pasó a ser un doncel casado con uno de los herederos más importantes del pueblo de Santo Domingo.


Lleno de dudas y atormentado por su educación moral, Cristian poco a poco ha ido bajando las barreras ante Francisco, sin embargo hoy nuevamente su corazón da un vuelco al encontrarse al que es su marido besando a otro doncel.


Con un nudo en la garganta, Cristian deseó gritar para que Francisco viera que descubrió su engaño, pero antes de hacerlo sintió que las lágrimas podrían traicionarlo y además se encontraban en una fiesta llena de invitados... ese no era el lugar indicado para reclamar.

 

Sin decir nada, Cristian se alejó rápidamente.

 

En ese momento, Francisco empujó a Giovanni, el doncel que alguna vez amara, pero por el que ahora sólo sentía rencor.

 

F: ¿qué te pasa? ¿cómo te atreves a besarme?

 

Con una sonrisa cínica, el doncel dijo: ¿no me digas que no te gustó? antes decías que no podías resistirte a mis labios...


 

F: eso era antes... antes de que me abandonaras para irte con otro...

 

G: por favor Francisco... no repitas eso... tú no sabes todo lo que he vivido desde que dejé San Juan de la Costa... pero el hecho de que tú y yo nos encontremos de esta manera inesperada quiere decir algo...

 

F: ¿qué cosa?

 

Giovanni miró al ojiazul y respondió: que el destino quiere que estemos juntos...

 

Disimulando una sonrisa, el varón habló: por favor, Giovanni... nunca has sido cursi, no lo seas ahora...

 

G: el amor nos hace cursis...

 

F: pues no será amor por mí... porque de ninguna manera podría creerte que aún me amas... además, si hablamos del destino, creo que se tardó demasiado en volvernos a reunir...

 

Con un gesto de extrañeza, Giovanni cuestionó: ¿por qué lo dices?

 

Francisco respondió casi con placer de hacerlo: porque yo ya soy un hombre casado...

 

Giovanni no pudo disimular su contrariedad: ¿casado? ¿con quién?

 

F: con un doncel hermoso y de muy buena familia... él es todo lo que yo buscaba en una pareja... es tierno, delicado, comprensivo...

 

Con ironía, Giovanni interrumpió: ja... un dechado de virtudes por lo visto... deberían darle el premio al doncel del año...

 

F: no sé si merezca un premio, pero sí se ha ganado mi corazón... soy muy feliz a su lado...


 

G: no sé por qué, pero no te creo...

 

F: ¿no crees que me casé con un doncel maravilloso?

 

G: lo que no creo es que seas tan feliz como dices...

 

F: pues ese es tu problema... lo que sí puedo asegurarte es que no quedan rastros del muchacho que conociste y en el nuevo hombre que me convertí no hay lugar para ti... adiós Giovanni... sigue disfrutando de la fiesta...

 

Francisco se retiró dejando a Giovanni sin poder decir ni una sola palabra más.

**********

 

Mientras tanto en el jardín del lugar... en un rincón solitario, Cristian se refugiaba del resto de las personas, sin poder evitar que unas lágrimas rodaran por sus mejillas... eran lágrimas de desilusión.

 

El doncel pensaba: soy un tonto, cómo pude creer en lo que me decía... es un hombre igual que todos y como me dijo su abuela, si yo no le doy lo que quiere, entonces buscará a otro doncel... pero entonces para qué insiste conmigo... por qué no me deja en libertad...

 

Los pensamientos de Cristian fueron disipadas por una mano masculina que se posó en su hombro.

 

El doncel volteó a ver de quién se trataba y se topó con unos hermosos ojos verdes y una suave voz que le preguntó: ¿te pasa algo?

 

Rápidamente, Cristian se limpió las lágrimas y antes de responder observó bien al caballero que le hablaba.

 

Se trataba de un joven atractivo de complexión delgada, de 1.80 de estatura, tez blanca, rasgos finos, pero varoniles y cabello lacio de color marrón.

 


El joven insistió en su pregunta: ¿qué te pasa? ¿por qué lloras?

 

C: y-yo no estoy llorando...

 

El atractivo caballero sonrió: no mientas... te observé desde que llegaste hace unos instantes... venías tan contrariado que ni siquiera te diste cuenta que estaba frente a ti fumando un cigarrillo...

 

Molesto por la insistencia del joven, Cristian respondió: ya le dije que no me pasa nada... sólo me entró una basura en el ojo... eso es todo...

 

Joven: está bien... no voy a insistir si no quieres contarme lo que tienes... pero debo decirte algo, nadie merece tus lágrimas porque quien te ame sólo querrá hacerte sonreír...

 

C: le repito que no estoy llorando...

 

Cristian intentó alejarse, pero el joven lo detuvo tomándolo con suavidad del brazo y le dijo: espera, por lo menos dime cómo te llamas...

 

C: ¿para qué quiere saber mi nombre?

 

Con una sonrisa coqueta, el galante joven respondió: siempre acostumbro pedirle el nombre a los donceles lindos como tú...

 

Cristian entendió las intenciones del muchacho y dijo: será mejor que me vaya... suélteme por favor...

 

Joven: muy bien, si tú no quieres decirme tu nombre, yo te diré el mío primero... me llamo Romeo Arteaga y a partir de este momento estoy a tus pies...

 

Al escuchar el apellido, el doncel cuestionó: ¿Arteaga? ¿dijo Arteaga?

 

R: sí, por qué...

 

La conversación fue abruptamente interrumpida por la aparición de Francisco.

 

F: Cristian ¿qué haces aquí?

 

Romeo miró al ojiazul y expresó con alegría: Francisco Valencia... esta sí que es una sorpresa... no pensé que vinieras a esta fiesta...

 

Francisco estrechó fuertemente su mano con el ojiverde: pues ya ves, aquí estoy... y don Bernardo, tu padre, no ha dejado de buscarte en todo lo que va de la reunión...

 

R: va, mi papá ya sabe que estas fiestas me aburren... prefiero platicar con las plantas del jardín, al menos ellas no son tan hipócritas...

 

F: jajaja... creo que pensamos lo mismo... de eso hablábamos hace un rato Cristian y yo...

 

Romeo miró al doncel y dijo: ¿así que ese es tu nombre?... Cristian...

 

Francisco tomó al doncel por la cintura y lo atrajo hacia él: así es... Cristian De Aragón es el nombre de mi esposo...

 

R: ¿tu esposo?

 

F: sí, me casé hace poco... y tuve la suerte de hacerlo con este bello y tierno doncel...

 

Mirando a los ojos de Cristian, Romeo contestó: no cabe duda Francisco, tuviste mucha suerte de encontrarlo...

 

Francisco se dirigió a Cristian y le preguntó: mi amor ¿qué hacías aquí? te dejé con don Bernardo y al volver ya no te encontré...

 

C: q-quería tomar un poco de aire fresco...

 

Romeo intervino: así es y al verlo solo decidí acompañarlo... no deberías descuidarlo tanto, Francisco... si yo tuviera a un doncel como él no lo dejaría solo nunca... alguien podría querer robármelo...

 

Francisco respondió con firmeza: estoy seguro que muchos desearían un doncel como Cristian, pero yo confió en él... sé que Cristian me respeta y jamás me engañaría... por eso me casé con él, porque además de hermoso, es íntegro y leal...

 

Cristian escuchó los halagos de Francisco y sólo asintió sin decir nada más.

**********

 

Momentos después, Francisco y Cristian regresaron al salón con los demás invitados... durante el resto de la noche, el doncel no le dijo nada al ojiazul sobre lo que había visto.

 

Por su parte, Giovanni guardó su distancia, pero desde lejos observaba a Francisco y al doncel que lo acompañaba... se preguntaba si realmente Francisco era tan feliz como le había dicho.

 

Poco antes de la medianoche, Francisco y Cristian abordaron su coche para regresar a Santo Domingo.

 

En el camino, el doncel no dejaba de mirar hacia la ventana mientras que Francisco percibía algo en el ojinegro, pero no entendía qué.

 

Queriendo terminar con el incómodo silencio, Francisco dijo: creo que lo único bueno de venir a esta fiesta fue que pudiste conocer a don Bernardo... él es un gran hombre, es de los pocos que no me hizo sentir como un advenedizo cuando me convertí en el heredero de los Valencia... por el contrario me brindó su apoyo sincero... es un buen tipo ¿no crees?

 

Sin dejar de ver a la ventana, Cristian respondió: sí, también creo que es un caballero muy agradable... él y su hijo me agradaron...

 

F: Romeo es todo un caso... le ha sacado sus canas verdes a don Bernardo, pero a pesar de todo no es como los demás... sin duda fue a los únicos que me dio gusto saludar...

 

Cristian volteó a ver a Francisco y le preguntó mirándolo a los ojos: ¿estás seguro que sólo a ellos te dio gusto ver? ¿a nadie más de esa fiesta te agradó ver?

 

Extrañado por la pregunta del doncel, pero sin sospechar que Cristian lo vio con Giovanni, Francisco contestó: sí, a nadie me dio más gusto ver que a ellos... ¿por qué lo preguntas?

 

Con tristeza por saber que Francisco le ocultaba su encuentro con el otro doncel, Cristian dijo: por nada en particular... sólo era una pregunta...

 

El doncel volvió sus ojos a la ventanilla y solo sintió a Francisco entrelazar su mano con la suya para continuar el camino en completo silencio.

**********

 

Mientras tanto, Bernardo y su hijo Romeo regresaron a su casa... el mayor notó algo raro en su vástago.

 

B: ¿qué te pasa?

 

El joven ojiverde respondió: ¿qué me pasa de qué?

 

B: pues no sé... traes unos ojos de borrego a medio morir... ¿ocurrió algo en la fiesta?

 

R: ocurrió que por fin conocí al doncel que siempre he buscado y resulta que no puede ser para mí...

 

Con una franca sonrisa, el mayor dijo: jajaja... Romeo, por favor qué ocurrencias la tuya... así que otra vez estás enamorado y ahora de quién...

 

R: no te burles papá... esta vez no es como en las otras ocasiones... el doncel del que te hablo es diferente...

 

B: y se puede saber de quién se trata...

 

R: de Cristian, el doncel de Francisco Valencia...

 

La sonrisa se borró del rostro de Bernardo y habló con firmeza: un momento Romeo... si estás bromeando se me hace de muy mal gusto... ese doncel es casado y además con un buen amigo...

 

R: lo sé papá... pero qué quieres... ese doncel me encantó...

 

B: pues no quiero que vuelvas a repetir lo que dijiste... tú puedes jugar con los donceles que quieras, pero no con uno casado... eso no te lo puedo permitir...

 

Al ver que su padre hablaba con molestia, el joven dijo: tranquilo papá... sólo te estoy contando que ese doncel me encantó, pero tampoco que voy hacer algo para separarlo de su marido...

 

B: pues más te vale... no quiero problemas y mucho menos con Francisco Valencia...

 

R: ya te dije que te tranquilices... recuerda que Francisco y su doncel ni siquiera viven en este pueblo... lo más seguro es que jamás vuelva a ver a ese doncel... después de todo a él y a mí no nos une nada...

 

Romeo no dijo más y se marchó a su habitación dejando a su padre con un gesto de preocupación.

**********

 

Al día siguiente, Francisco y doña Teresa desayunaban solos en el comedor de la mansión Valencia.

 

T: ¿cómo les fue ayer en la gala de los San Román?

 

F: todo bien abuela... las mejores familias de la región se reunieron ahí... muchos me preguntaron por ti...

 

T: va, yo ya soy demasiado vieja para esos eventos... y dime cómo se comportó tu doncel...

 

Francisco contestó hoscamente: ¿por qué me preguntas eso? Cristian es un doncel de muy buena familia... es tímido, pero sabe comportarse a la altura de esos eventos... todos me felicitaron por haberme desposado con un doncel como Cristian...

 

Teresa sonrió: me alegra... ese era uno de los objetivos de tu boda con un De Aragón... estar casado con un doncel de buena cuna te eleva el estatus... por cierto ¿dónde está Cristian?

 

F: me pidió permiso para ir a desayunar con su madre y se lo di...

 

La anciana hizo un gesto de contrariedad: no me gusta que tenga tanto trato con Magdalena... esa mujer es una víbora y además una interesada...

 

F: como sea, es su madre... no puedo impedirle a Cristian que vea a Magdalena...

 

T: claro, y como tu doncel tiene tanto tiempo libre...

 

F: ¿qué quieres decir abuela?

 

T: que cuando Cristian tenga hijos no tendrá tiempo para estar visitando a su madre... ¿por qué Cristian aún no está preñado? ¿qué pasa Francisco?

 

Con tono molesto, el ojiazul respondió: ¿qué pasa con qué abuela? yo no soy Dios para hacer que Cristian se embarace por arte de magia...

 

T: por arte de magia no, pero a estas alturas Cristian ya debería de estar de encargo... si ambos han estado cumpliendo con sus deberes maritales, es raro que el doncel aún no se embarace...

 

Francisco guardó silencio, pues sabía que Cristian no se embarazaba debido a que él no lo había tocado desde hace semanas.

 

Teresa insistió: dime, ¿no ves raro que Cristian aún no esté embarazado?

 

F: claro que no abuela... no tiene nada de raro... Cristian y yo aún tenemos poco tiempo de casados...

 

Francisco se levantó de la mesa contrariado, al tiempo que la anciana le dijo: pero por qué te molestas... ¿acaso tú no quieres que Cristian te dé un hijo?

 

F: por supuesto que quiero, pero es que tu insistencia me saca de quicio... no pierdes oportunidad para recordarme que debo embarazar a Cristian... eso me molesta...

 

T: pero no entiendes que si te presiono es porque ya soy una anciana y tengo miedo... tengo miedo de morir sin poder a mi bisnieto, sin tener la seguridad de que el apellido de mi familia continuará por más generaciones...

 

Las palabras de su abuela sorprendieron a Francisco.

 

F: ¿por qué dices eso abuela? ¿por qué hablas de muerte? ¿acaso hay algo que yo no sé?

 

Teresa miró a los ojos de su nieto y dijo: lo único que debes saber es que si quieres hacerme feliz debes tener un hijo... un heredero que asegure la continuidad de nuestra familia... sólo así podré morir tranquila... sólo así...

 

Francisco se quedó mirando a su abuela sin saber qué más decir.

**********

 

Entre tanto, en casa de los De Aragón, Cristian desayunaba con Magdalena, su madre, a quien le platicaba sobre la fiesta de compromiso a la que había asistido la noche anterior.

 

M: la familia San Román es de las más acaudaladas de este país, sin duda debió ser una gran fiesta... y si así fue el compromiso ya me imagino cómo será la boda....

 

Con un dejo de tristeza, el doncel dijo: sin duda será un gran evento mamá...

 

Magdalena percibió el estado de ánimo de su hijo y le preguntó: hablas con un desgano, ¿qué te pasa? ¿ocurrió algo en esa fiesta?

 

Cristian no dejaba de pensar en Francisco besando a otro doncel, pero no creía conveniente decírselo a su madre.

 

M: ¿qué pasa Cristian? ¿ocurrió algo en esa fiesta?

 

C: no pasó nada mamá... es sólo que estoy cansado... ayer regresamos muy noche y ya sabes que el desvelo me hace mal...

 

M: claro, pero mejor cuéntame quién más llegó a la gala... seguramente personas muy distinguidas...

 

C: pues sí, todos ahí eras muy distinguidos, pero yo solo platiqué con unos cuantos... en realidad, Francisco sólo me presentó a un amigo suyo que también vive en Santo Tomás...

 

Magdalena tomó con elegancia la taza de café para llevarla a su boca al tiempo de preguntar: y ¿cómo se llama?

 

C: es un hombre mayor... se llama don Bernardo Arteaga...

 

La taza de café se resbaló de las manos de Magdalena provocando un estruendoso ruido al chocar con el suelo.

 

C: ¿qué pasa mamá?

 

Muy nerviosa, la mujer se puso de pie inmediatamente.

 

M: s-soy una tonta... la taza se me resbaló, eso es todo...

 

C: sí ya vi... pero ¿acaso te sorprendió tanto el nombre que te dije?

 

M: n-no digas tonterías... ¿por qué habría de sorprenderme? yo ni siquiera conozco a ese hombre...

 

C: pues qué raro... porque don Bernardo me dijo que sí te conoce a ti...

 

M: ¿q-qué más te dijo?

 

C: sólo eso... ¿acaso debía decirme algo más?

 

Magdalena sonrió fingidamente: por supuesto que no... qué más podría decirte...

 

C: ¿entonces es cierto que te conoce?

 

M: p-pues sí... lo vi alguna vez hace muchos años... pero nada más... la verdad se me hizo una persona muy desagradable...

 

C: pues a mí me pareció todo lo contrario... me agradó mucho... se me hizo un caballero en toda la extensión de la palabra...

 

M: pues las apariencias engañan Cristian... y voy a darte un consejo, será mejor que no te relaciones con ese hombre... por tu bien será mejor que no lo hagas...

 

El doncel miró con extrañeza a su madre y cuestionó: ¿por qué dices eso mamá?

 

M: no preguntes más y hazme caso...

 

C: pues no te entiendo... dices que apenas lo conoces y ahora me pides que no me relacione con él... es como si me estuvieras ocultando algo de ese señor...

 

M: ay Cristian, no comiences... qué podría ocultarte... simplemente yo sé conocer muy bien a las personas... y no te conviene relacionarte con ese hombre... además si dices que vive en Santo Tomás, pues no creo que vuelvas a frecuentarlo ¿o sí?

 

C: pues en eso tienes razón... aunque al parecer es muy amigo de Francisco... seguramente tienen negocios...

 

M: pues si se trata de negocios, esos déjaselos a tu marido...

 

C: de cualquier forma, todo esto me parece extraño...

 

Magdalena se acercó a su hijo y acariciándole su mejilla le dijo: no tiene nada de extraño... sólo confía en mí... yo sólo quiero lo mejor para ti, tú eres lo único que tengo ahora...

 

C: recuerda que también tienes a Ricardo... mi hermano se fue, pero no está muerto...

 

Magdalena se alejó de Cristian y dijo: no, no está muerto, pero él eligió su propio camino... un camino muy distinto al que yo quería para él... sólo espero que un día no se arrepienta del camino que tomó...

**********

 

Y dentro de una humilde vivienda de la capital, Ricardo veía a Esteban sentado frente a un lienzo en blanco y con un pincel en la mano.

 

El brazo de Esteban aún no se recuperaba a totalidad y él se desesperaba no sólo por no poderse valer por sí mismo, sino también por no poder realizar ningún buen trazo.

 

El accidente no sólo había dañado su brazo sino también su capacidad para la pintura.

 

Con molestia, el varón arrojó el pincel que apenas podía sostener.

 

R: ¿qué pasa? ¿no vas a seguir intentándolo?

 

E: ¿no ves que no puedo? soy un inútil... ya estoy harto...

 

Ricardo se acercó a Esteban y recogiendo el pincel dijo: sé que el accidente que sufriste fue fuerte, pero tú eres un artista... estoy seguro que si no dejas de intentarlo volverás a ser el gran pintor del que me enamoré... vamos, inténtalo de nuevo...

 

Molesto, Esteban vociferó: no me trates como si fuera un lisiado... eso no lo soporto...

 

Ricardo también alzó la voz: sólo intento ayudarte... si quieres recuperarte tienes que poner de tu parte...

 

E: es que no te das cuenta que nunca voy a poder volver a pintar... si ya no puedo hacerlo, qué va ser de mí...

 

R: por supuesto que volverás a pintar... ya verás que sí, sólo debes...

 

La conversación fue interrumpida por ligeros golpes en la puerta, Ricardo fue abrir y se sorprendió al encontrarse con Gilberto De la Fuente parado frente a él.

 

El rubio se quedó inmóvil y al ver al hombre no pudo evitar evocar lo ocurrido con él... recordó los besos y caricias ardientes, así como las embestidas brutales que le dio mientras lo violaba.

 

Con sonrisa cínica, Gilberto dijo: buenos días Ricardo...

 

El ojiazul intentó cerrar la puerta, pero el mayor le detuvo: ¿qué pasa Ricardo? sólo vengo a saludar a mi amigo...

 

Cuidando que Esteban no se diera cuenta, Ricardo empujó a Gilberto y fuera de la casa le dijo con voz recia: lárgate de aquí, no quiero que vuelvas... no vas a seguir burlándote ni de mí, ni de Esteban...

 

G: ¿por qué piensas que quiero burlarme?

 

R: ¿qué otra cosa querrías? ¿cómo pretendes hablar con Esteban después de lo que me hiciste?

 

G: ¿lo que te hice? lo dices con un gesto de aversión, que casi creo que te desagradó lo que pasó entre nosotros...

 

R: por supuesto que me desagradó... me violaste, eres un maldito cerdo...

 

Sonriendo socarronamente, el adinerado hombre dijo: por favor Ricardo, no te hagas el ofendido... sabes perfectamente que disfrutaste de mis besos y mis caricias... estoy seguro que gozaste de tener sexo entre sábanas de seda y no en el catre en el que seguramente duermes...

 

Muy molesto, Ricardo respondió: escúchame bien desgraciado... me das asco y lo que pasó entre nosotros no volverá a ocurrir nunca... tú me obligaste a tener sexo por una deuda que ya está pagada... no quiero volver a verte y aunque lo dudes prefiero entregarme al hombre que amo en un catre que hacerlo contigo por mucho dinero que tengas...

 

Al ver los ojos brillantes por la rabia de Ricardo, Gilberto contestó: estoy seguro que te tragarás tus palabras Ricardo... cuando necesites dinero búscame, estoy dispuesto a pagar bien por tus caricias aunque sean falsas...

 

R: lárgate de una vez... yo no soy un prostituto para venderse...

 

G: ya me voy... pero créeme que como prostituto ganarías mucho mucho dinero...

 

Sin decir más, Gilberto se alejó dejando a Ricardo hecho un manojo de furia.

 

Después de unos momentos, el rubio regresó al lado de Esteban, quien le preguntó: ¿qué pasó? ¿quién tocó a la puerta? ¿por qué te tardaste?

 

R: e-era la vecina... quería mostrarme algo...

 

E: ¿qué cosa?

 

R: ah... tonterías, mi amor... mejor continúa intentando pintar algo... hazlo por mí...

 

Esteban sonrió y dijo: sí, tú siempre has sido mi mayor inspiración... voy a intentar dibujar algo hermoso, algo tan bello como tú...

 

Ricardo sonrió al ver que Esteban nuevamente hacía el esfuerzo por dibujar algo sobre el lienzo.


**********

 

Algunos días pasaron y la relación entre Cristian y Francisco continuaba enfriándose... el doncel no se atrevía a preguntarle a su marido sobre el chico con el que lo vio besándose la otra noche, mientras tanto el varón notaba a su doncel preocupado y ausente, pero tampoco se atrevía a preguntarle qué le ocurría.

 

Una tarde, Francisco se encontraba observando una de sus muchas propiedades que eran trabajadas por los campesinos cuando unas delicadas manos se asomaron por detrás de su cabeza y le taparon los ojos juguetonamente.

 

Francisco preguntó: ¿quién es?

 

Una sensual voz le susurró al oído: ¿no adivinas?

 

Rápidamente, el varón se alejó y al voltear la mirada se encontró con Giovanni parado frente a él y sonriéndole coquetamente.

 

F: ¿Giovanni? ¿qué haces aquí en Santo Domingo?

 

G: uy... lo dices con un tono de voz... que parece que te desagrada el verme aquí...

 

F: no me desagrada, pero me sorprende... ¿qué haces aquí?

 

G: vine buscándote a ti...

 

F: ¿y cómo me encontraste?

 

G: por favor Francisco... no fue nada difícil encontrar a uno de los herederos más importantes de este pueblo... la familia Valencia es muy reconocida en esta región...

 

Giovanni intentó colocar sus brazos alrededor del cuello de Francisco, pero este se alejó.

 

F: ¿a qué viniste Giovanni?

 

G: ya te lo dije... a buscarte a ti...

 

F: tú y yo ya no tenemos nada... ya te dije que yo estoy casado y soy feliz...

 

G: sí, ya sé que estás casado, pero estoy seguro que no eres feliz del todo...

 

F: ¿por qué lo dices?

 

G: porque te conozco y sé perfectamente que quieres hacerme creer que eres muy feliz sólo para vengarte de mí por lo que te hice... pero yo sé que te falta algo...

 

Francisco intentó huir de la conversación: no tiene caso que sigamos hablando... sólo dices necedades...

 

Giovanni acercó su sensual cuerpo al del varón y le dijo: te apuesto que tu doncel no es tan apasionado como yo... ¿acaso él te satisface en la cama tanto como lo hacía yo?

 

F: mi doncel es un chico decente...

 

G: la decencia no tiene nada que ver con la pasión... he sabido más de tu esposo... sé que iba ser sacerdote, seguramente debe ser un mojigato que se da golpes de pecho... un doncel que teme entregarse a un hombre como tú...

 

Francisco sujetó por los brazos a Giovanni y le dijo con voz firme: tú no conoces a Cristian así que no hables de él... y estás loco si crees que voy a dejarlo por ti...

 

Mirando a los ojos al varón, Giovanni contestó: no te pido que lo dejes... ese doncel puede seguir siendo tu esposo, pero yo puedo ser tu amante...

 

Francisco miró muy extrañado a Giovanni y lo empujó al tiempo de decirle: ¿qué clase de doncel eres? ¿cómo me propones algo así?

 

Sonriendo, Giovanni dijo: ¿qué tiene de raro? ¿no serías el primer hombre en tener un amante? todos los hombres de tu nivel social tienen uno... tienen a su esposo en casa y a un amante que satisfaga todos sus deseos en la cama...

 

F: definitivamente, tú ya no eres el doncel que conocí hace años...

 

G: no... ni tú eres el pobre pescador que yo conocí... ambos hemos cambiado... ahora eres el heredero de una gran fortuna casado con otro doncel y yo solo te ofrezco lo único que puedo darte... mis caricias y mi pasión... piénsalo Francisco... no me contestes ahora, sólo piénsalo... si realmente tienes todo en ese doncel que es tu esposo no hagas caso a mi proposición, pero si te falta algo, aquí estoy yo...

 

El varón no respondió nada y se alejó rápidamente a bordo de su caballo, mientras que Giovanni se quedó sonriendo al saber que había movido algo dentro de Francisco.

**********

 

Dentro de su habitación, Cristian leía cuando escuchó el relinchar del caballo de Francisco... sabía que su marido había vuelto a casa, por lo que corrió al espejo para acicalarse el cabello y luego volver a sentarse para fingir que nada pasaba.

 

Momentos después, Francisco entró a su recámara y saludó a su doncel dándole un beso en la frente.

 

Cristian le preguntó: ¿ya cenaste?

 

F: no tengo hambre... bueno la verdad es que subí corriendo porque no quiero toparme con mi abuela...

 

C: ¿por qué no? ¿están peleados?

 

F: no precisamente... es sólo que ya me tiene cansado...

 

C: cansado ¿con qué?

 

F: con el tema del heredero...

 

C: te refieres a...

 

Francisco interrumpió: sí, mi abuela insiste en que debo preñarte lo más pronto posible... yo le he hecho creer que tú y yo cohabitamos de manera normal como marido y doncel, por eso ella no comprende cómo es que aún no estás encinta... si me la topo, será sólo para cuestionarme sobre nuestra relación... ya estoy harto...

 

Agachando la cabeza, Cristian dijo: supongo que también estás harto de mí...

 

Francisco se acercó al doncel y tomándolo del mentón le miró a los ojos diciéndole: no estoy contándote esto para hacerte sentir mal...

 

C: pero no puedo evitar hacerlo... no soy un buen doncel para ti... yo no puedo cumplir con ciertas necesidades... lo mejor hubiera sido que te casaras con mi hermano... estoy seguro que a estas alturas, él ya estaría esperando un hijo tuyo y eso haría feliz a tu abuela...

 

F: puede ser que tengas razón, pero las cosas son como son... tu hermano escapó para no casarse conmigo y tu madre te entregó a ti en su lugar...

 

C: sí, pero yo no soy lo que tu abuela esperaba... no soy esa fábrica de nietos que ella necesita...

 

F: quizás no eres lo que mi abuela necesita, pero yo sí estoy satisfecho de tenerte como mi doncel...

 

C: no digas cosas solo por hacerme sentir bien... no puedes estar satisfecho cuando yo...

 

F: cuando tú ¿qué?... ¿qué pasa Cristian? ¿qué quieres decirme? desde hace días te he notado extraño... por un momento pensé que habíamos avanzado en nuestra relación y de repente te sentí más frío conmigo... ¿qué pasa?


Cristian pensó que era el momento de decirle a Francisco lo que vio... finalmente despejaría sus dudas respecto al doncel que vio besándose con su marido.

 

El doncel estaba por preguntar cuando golpes en la puerta interrumpieron la conversación.

 

Una de las sirvientas entró y dijo: don Francisco, tiene una llamada...

 

F: ¿a esta hora? ¿quién habla?

 

Sirvienta: no me quiso dar su nombre... sólo me dijo que era un viejo amigo...

 

Con gesto de extrañeza, Francisco respondió: está bien... voy a tomar la llamada...

 

El varón iba a salir de la habitación cuando Cristian le preguntó: ¿por qué no contestas aquí?

 

F: eh... pues porque seguramente son cosas de negocios y no quiero agobiarte con esas cosas...

 

Francisco bajó las escaleras y contestó el teléfono... como lo sospechaba quien le llamaba era Giovanni.

 

G: espero no interrumpirte... es solo que quería llamarte para disculparme... quizás fui demasiado insistente con mi propuesta y...

 

F: escúchame, no puedo hablar mucho aquí y de hecho, no quiero que vuelvas a llamarme a mi casa... estuve pensando en lo que me propusiste y quiero que nos veamos mañana...

 

G: ¿mañana? ¿en dónde?

 

Francisco le dio a Giovanni la dirección de una casa que era de su propiedad y que estaba deshabitada.

 

F: muy bien, nos vemos ahí mañana... sé puntual, no me gusta esperar...

 

G: por supuesto que estaré ahí... no te arrepentirás MI AMOR...

 

Francisco colgó el auricular sin sospechar que dentro de su habitación, Cristian también colgaba cuidadosamente el teléfono.

 

El doncel había escuchado todo y las últimas palabras de Giovanni fueron como una puñalada a su corazón... Cristian tenía la certeza que Francisco tenía un amante.

 

Las lágrimas comenzaron a traicionarlo, por lo que de inmediato se acostó en la cama y se cubrió de pies a cabeza para evitar que su marido lo viera llorando.

 

Francisco regresó a su habitación y se encontró con Cristian cubierto totalmente... supuso que ya se había dormido, por lo que se dirigió al sofá donde había pasado las últimas noches.

 

Con un gesto de tristeza, Francisco observaba a su doncel (quien lloraba disimuladamente bajo las sábanas) y pensaba en la propuesta que Giovanni le había hecho.


**********

 

De vuelta en la capital, Ricardo observaba el lienzo de Esteban, quien apenas había hecho unos cuantos trazos... tocaron a la puerta y era la vecina quien cobraba la renta nuevamente.

 

El rubio no tenía para pagar, por lo que tuvo que pedir una extensión del plazo, prometió que pronto conseguiría el dinero.

 

Luego, Ricardo se colocó al pie de la cama de Esteban, quien ya dormía y comenzó a convencerse que ese hombre ya no era el mismo del que se había enamorado... el pintor lleno de sueños se había convertido en un hombre fracasado por las circunstancias.

 

Desesperado por vivir en una miseria a la que no estaba acostumbrado, Ricardo tomó su abrigo y salió de la humilde vivienda.

 

Poco después estaba en el lujoso departamento de Gilberto De la Fuente, quien sonriendo y con una copa en la mano dijo: vaya, vaya... pero esto sí que es una sorpresa... Ricardo De Aragón aquí... pensé que nunca volverías al lugar donde según tú, te violé...

 

R: no te burles por favor... estoy haciendo un gran esfuerzo al estar aquí...

 

G: supongo que lo dices porque estás doblegando tu orgullo al venir a buscarme...

 

R: así es... las cosas con Esteban van de mal en peor... ya casi no tenemos ni para comer y él aún sigue sin poder pintar... no tengo a nadie a quien recurrir... por favor ayúdanos...

 

Gilberto sonrió y dijo: ¿así qué vienes por dinero? debí suponer que esta no era una visita de cortesía... muy bien, acepto... quítate la ropa y métete a la cama... voy a pagar por tus servicios de doncel de compañía...

 

Ricardo se sonrojó y respondió: te equivocas, no vine para eso...

 

G: ¿entonces para qué? ¿acaso no quieres dinero?

 

R: sí, necesito dinero, pero quiero que me ayudes de otra forma... dame un trabajo, de lo que sea, pero ayúdame...

 

Gilberto se acercó a Ricardo y le dijo: te estoy dando un trabajo... te ofrezco dinero por practicar el llamado oficio más viejo del mundo...

 

Ricardo se alejó diciendo: por favor Gilberto... te estoy pidiendo... te estoy suplicando un trabajo decente...

 

Gilberto respondió con firmeza: pues no tengo nada que ofrecerte... si quieres mi dinero, sólo tienes que abrirme las piernas... basta con que me satisfagas en la cama para que ganes algo...

 

Ricardo vociferó: yo no soy un prostituto... deja de tratarme como si lo fuera...

 

Gilberto miró a los ojos de Ricardo y le dijo: eres muy hermoso y para lo único que sirven los donceles como tú, es para satisfacer a los hombres como yo en la cama... si viniste por dinero ya sabes cómo obtenerlo... si te interesa, quítate la ropa y te espero en mi cama... si no te interesa, vete y no vuelvas nunca más...

 

El hombre se retiró a su habitación dejando a Ricardo al borde de las lágrimas... el doncel creyó que podría conmover el corazón de Gilberto, pero no logró nada más que ser humillado nuevamente.

 

Ricardo se dirigió lentamente a la salida del departamento apretando sus puños con rabia.


En tanto, Gilberto bebía de su copa semi-acostado en su cama... de pronto, escuchó que la puerta de su habitación se abrió.

 

Cubierto por la oscuridad del cuarto, el varón vio la silueta desnuda de Ricardo, quien se acercaba paso a paso a él.

 

Gilberto sonrió victorioso y dijo: ven, acércate más, mi hermosa puta...

 

Ricardo se metió a la cama, sólo para ser sometido violentamente por el macho y ser usado como un vil prostituto durante toda la noche.


Continuará...

15 comentarios:

  1. Xd yo estoy encariñada con Ricardo que me da tremenda peña su situación. Pobre de mi chico bonito, escapandose por amor Y así le va INJUDTCIA

    GRACIAS POR EL CAPITULO

    Estába esperando tu actualización

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Desafortunadamente la vida es injusta y esto para Ricardo es una prueba para comprobar si lo que siente por Esteban es amor o sólo un capricho... ya verás que sucede con él en los próximos capítulos... saludos!!!

      Eliminar
  2. A ver si Cristian no espera hasta que Giovanni salga con el cuento de que está embarazado. Espero que Cristina se decida a hablar y actuar y no se quede callado por mucho tiempo.
    Y al parecer Gilberto será el verdadero macho de Ricardo, haciéndo el or durante toda la noche. Ahorita lo preña.

    ResponderEliminar
  3. Pobre ricardo le llueve sobre mojado. Ojala cristian pelee por el amor de frankie jajaj. Me encanta q actualices pronto tus demas historias eres muy buen@ con tus historias

    ResponderEliminar
  4. 🥺🥺🥺 dos gracias pro actualizar eres genial escribiendo 🥳🥳 voy a compartirlo en mis grupos de WhatsApp

    ResponderEliminar
  5. Espero que Cristian reaccione a tiempo y que coja valor y se presente él también en la cita de Francisco y Giovanni. Que no espere callado como idiota a que Giovanni luego salga con el cuento de que está embarazado de Francisco.
    Me parece que Gilberto es el verdadero macho de Ricardo. Con que le hizo el amor durante toda la noche, no me sorprendería que Ricardo quede preñado de Gilberto.

    ResponderEliminar
  6. Ricardo se sacó de encima a Giovanni pero no sabe que Cristián lo vio y está muy dolorido... se fue al jardín y allí conoció a Romeo, el hijo del anfitrión, que lo vio llorando y le ofreció apoyo, quedando embelesado por el doncel, aún sabiendo que es el esposo de su amigo.
    La abuela de Francisco le insiste con que le dé un nieto, que no entiende porque Cristián no está encinta aún.
    La madre de Cristián casi sufre un ataque cuando le contó que había conocido a De Arteaga (se escribía así?). Es el padre de Cristián?
    Giovanni se le aparece en el campo a Francisco y le propone ser su amante y sacarlo sexualmente, mientras sigue casado con Cristián.
    El doncel está a punto de decirle que lo vio besarse con otro, cuando lo llaman por teléfono y el Giovanni, atiende en otro lado pero Cristian escucha la conversación, donde Francisco lo cita en una casa deshabitada de la propiedad... eso le rompe el corazón...
    Ricardo a pesar de tratar de conseguir dinero decentemente y pidiéndole trabajo al amigo de Esteban, no le queda otra que prostituirse con él a cambio de dinero para pagar los gastos...

    Que bueno que actualizaste!!

    ResponderEliminar
  7. Por favor no te tardes con el próximo capítulo

    ResponderEliminar
  8. Chale :´v a mi que me gustaba la pareja que conformaban Ricardo y Esteban </3 pero ya ni modo, mejor me mentalizo en que van a terminar.


    shunny dirás que como chingo pero aunque amo tu historia, las imagenes entre el texto me desesperraaaan

    ResponderEliminar
  9. Con todo respeto si no actualizas perderás lectores. Estoy fuck desesperado por que continues no solo esta historia sino las demas

    ResponderEliminar
  10. Porfavor actualización yo te sigo ya de años y AMOOO tus historias estoy muy pegada con calvario por tu amor, enpeze odiando a Ricardo y ahora lo amo me da tanta pena lo que tiene que pasar, y también Cristian me da una rabia siempre se guarda todo espero que dija lo que siente antes de que se hace

    ResponderEliminar