Los rayos del sol iluminaron la habitación donde Cristian dormía... el doncel abrió lentamente sus ojos y aturdido observó todo a su alrededor.
¿Dónde me encuentro?, pensó el pelinegro... su mente era un caos, pero de pronto llegaron de golpe a su cabeza los recuerdos de la noche anterior.
Recordó el doloroso momento en que Francisco Valencia profanó su cuerpo adentrándose en él y robándole su castidad.
La mente de Cristian se llenó de las eróticas imágenes de su desfloración... evocó el rostro de Francisco, así como su mirada mientras lo penetraba una y otra vez hasta llenarle las entrañas con su candente simiente.
Las lágrimas rodaron por las mejillas del doncel al tiempo que se quitó la sábana que cubría su cuerpo y vio en el lecho manchas de color carmesí... era la sangre de su virginidad que le fue arrebatada violentamente.
El pelinegro se levantó de la cama con cuidado de no caerse, pues sentía que sus piernas le temblaban y el ardor en su intimidad se hizo más agudo.
De pie, se miró al espejo del enorme armario de madera y observó su nívea piel enrojecida por los bruscos agarres del que ahora era su marido... se avergonzó de su reflejo y haciendo un esfuerzo caminó rápidamente hacia el baño.
Cristian abrió la regadera y comenzó a bañarse para quitarse los restos de fluidos de su cuerpo... con fuerza tallaba sus muslos donde el semen de su marido se había secado junto a la sangre de su desgarrada virginidad.
Sólo con rozar su intimidad, el doncel sintió mucho dolor, por lo que las lágrimas inundaron sus mejillas confundiéndose con el agua que caía de la regadera.
Cristian se sentía humillado y subajado como persona, le dolía pensar que hace sólo unos días se preparaba para convertirse en religioso y entregarle su vida a Dios y ahora era sólo un doncel vendido por su propia madre... bajo el agua de la regadera, el corazón del pelinegro sangraba por su desdicha.
**********
Mientras tanto en el comedor de la mansión Valencia, Francisco desayunaba en completo silencio con su abuela.
Doña Teresa rompió el silencio: ¿acaso Cristian no piensa bajar a desayunar?
Con tono serio, el varón respondió: no quise despertarlo, ayer no fue un buen día para Cristian...
T: ¿no fue un buen día? pero sí ayer se casó con el heredero de los Valencia... para un doncel sin dote y con su familia arruinada, ayer debió ser uno de los mejores días de su vida...
F: quizá para otros donceles sería así, pero no para Cristian, él no quería casarse conmigo... no era él quien debía casarse...
T: sí, ya sé que él se vio obligado a sustituir a su hermano, pero que tampoco se haga la víctima... estoy segura que aquí vivirá mejor que dentro de un convento... aquí tendrá todos los lujos que se le antojen y claro, que tú quieras darle...
Francisco miró a los ojos de su abuela y dijo: no todos piensan como tú... ayer Cristian me demostró que él no es un interesado, él...
La anciana interrumpió: sí, sí... por lo que veo ese chico te conmovió con sus lágrimas, espero que no lo suficiente como para que hayas dejado de cumplir tus deberes como esposo... recuerda que quiero a ese doncel preñado muy pronto... deseo vivir para ver crecer a mi descendencia...
F: no te preocupes abuela, anoche sucedió lo que tenía que pasar entre dos recién casados...
Teresa sonrió y dijo: perfecto... una cosa más, ¿el doncel era virgen?
F: ¿por qué te interesa saberlo?
T: porque pagué mucho por él y no voy a permitir que Magdalena vuelva a burlarse de mí... si tú no desfloraste a Cristian, se lo devolveré a su madre y haré un escándalo...
Francisco retiró su plato de la mesa y se puso de pie mientras decía: Cristian era virgen... anoche yo lo desvirgué...
T: ¿tienes pruebas de ello?... ¿el chico sangró?
Con un gesto de molestia, el ojiazul habló con voz ronca: estoy seguro de ser el primer hombre en la vida de Cristian... ¿acaso quieres meterte en mi alcoba para comprobar que lo hice mío?
Doña Teresa hizo resonar su bastón de un golpe en el suelo y vociferó: no me faltes al respeto... es mi deber como matriarca de esta familia saber todo lo que te estoy preguntando...
Francisco también alzó la voz: pues entonces confía en mi palabra... yo he cumplido con todo lo que me has pedido... estoy casado con ese doncel porque así lo quisiste... ¿ya puedes dejarme en paz?
T: te equivocas, aún no has cumplido del todo... sólo hasta que haya nacido el próximo heredero de los Valencia, te dejaré en paz...
Francisco respondió con voz firme: muy pronto abuela... muy pronto tendrás en tus brazos a ese heredero que tanto deseas...
El ojiazul se retiró sin decir más y muy molesto salió de la casa... se detuvo en el jardín de rosas para aspirar el aroma de las flores y tranquilizarse... desde ahí observó la ventana de su recámara que continuaba cerrada.
Francisco se preguntó si acaso Cristian ya había despertado... ¿estaría pensando en él?... seguramente sí, se dijo para sí mismo, después de todo le había dado razones para mantenerlo en su memoria, aunque fuera sólo por el dolor en su trasero.
Aunque quisiera negarlo, Francisco había disfrutado tener a Cristian entre sus brazos, sintió una corriente eléctrica recorrer su entrepierna al evocar al doncel gimiendo debajo de su musculoso cuerpo.
Por un instante, Francisco pensó en subir a su cuarto y ver a su doncel, pero prefirió no hacerlo... de inmediato fue por un caballo para salir un rato fuera de la mansión, deseaba poner en orden sus ideas.
**********
Luego de bañarse, Cristian se sentó sobre la cama y en ese momento escuchó leves golpes en la puerta.
¿Puedo pasar?, decía una voz femenina que no era reconocida por el doncel.
Cristian respondió: ¿quién es?
Una mujer de casi 30 años se asomó por la puerta, vestía un uniforme identificándola como una de las sirvientas de la mansión Valencia.
La mujer de cabello negro dijo: buenos días joven, soy Lupe... la señora Teresa me ordenó que a partir de hoy estaré sólo a su servicio para lo que usted necesite... ¿desea algo ahora?
C: lo que deseo es irme de esta casa... quiero irme de aquí y no volver nunca...
La sirvienta se sorprendió por el comentario del doncel: no lo entiendo joven... pero mire, aquí le traigo algo de ropa para que se cambie, todo es muy fino... yo puedo ayudar a vestirlo y también puedo arreglarle ese hermoso cabello que tiene...
C: gracias Lupe, pero no quiero nada... ni esa ropa, ni nada que provenga de los Valencia... lo único que quiero es desaparecer...
Cristian sintió que la impotencia llenaba sus ojos de lágrimas, por lo que le pidió a la sirvienta que se retirara.
C: déjame solo por favor...
L: pero joven ni siquiera ha bajado a desayunar... si quiere que le traiga algo de comer, yo...
Cristian alzó la voz: ya te dije que no quiero nada... déjame solo...
Lupe obedeció sin decir más mientras que Cristian se echaba sobre la cama a sollozar sin saber qué hacer para escapar de su destino.
**********
Poco después, Lupe le contaba a doña Teresa todo lo que Cristian le había dicho.
T: con que esas tenemos... ese muchachito no sabe el lugar que tiene en esta casa, pero ahora mismo se lo voy a dejar en claro...
Apoyada de su bastón y caminando con paso firme, doña Teresa se dirigió a la habitación de Cristian, quien se sorprendió al verla, pero guardó silencio.
La anciana miró de pies a cabeza a Cristian, quien vestía una pijama que había encontrado en el armario de Francisco.
Teresa dijo con voz firme: ¿acaso tu madre no te enseñó a saludar?
El doncel también respondió con firmeza: sí, lo hizo... me enseñaron que quien llega es quien saluda...
Teresa sonrió y se acercó al pelinegro sin quitarle la mirada de encima.
T: ayer te mostrabas como un asustado cordero y ahora comienzas a sacar las garras... parece que tu madre nuevamente me mintió, me dijo que a diferencia de tu hermanito, tú sí eras un chico bien portado...
C: y lo soy...
T: no lo estás demostrando... es casi medio día y tú aún estás dentro de tu cuarto vestido como si te fueras a dormir... estás hecho un hilacho con esa pijama que ni siquiera es de tu tamaño... ¿crees que así seducirás a mi nieto?
C: yo no busco seducir a nadie...
T: pues deberías intentarlo... eres el doncel de Francisco y deberías procurar mantenerte bello para él... cómo va tomarte si tú no te muestras agradable hacia él... no te quejes si luego mi nieto busca a otro doncel mejor que tú...
C: pues que lo haga, eso no me importa... es más, prefiero que así sea...
Nuevamente, la anciana sonrió irónicamente: por lo que veo tú aún no te has dado cuenta de la situación en la que te encuentras... si tú no complaces a mi nieto, vas a terminar pidiendo limosna en la calle porque yo despojaré de lo poco que le queda a tu familia...
C: no tengo miedo a ser pobre... prefiero vivir en la miseria, pero con dignidad...
T: ¿y tampoco te importa que tu madre vaya a la cárcel? porque ella me debe mucho dinero y si tú no cumples con lo que se te pide, tu madre terminará presa...
Cristian dejó su aire de soberbia y pensó en suplicar: doña Teresa, por favor, entienda que yo no puedo ser esposo de su nieto... yo no lo quiero, apenas lo conozco...
T: eso es lo que menos importa... tienes toda una vida para conocerlo... de hecho, anoche lo conociste muy íntimamente ¿no es así?
El doncel se sonrojó y agachó la cabeza.
T: no necesitas responderme, tu silencio me dice todo... al menos tu madre no mintió respecto a que eras un doncel casto... eso te da un punto a favor...
Lágrimas comenzaron a rodar por las mejillas del doncel.
Teresa tomó el rostro de Cristian y mirándolo a los ojos le dijo: no llores... las lágrimas te afean y debes mantener tu belleza para que mi nieto te tome las veces que sea necesario hasta que...
C: hasta que ¿qué?... ¿qué quiere de mí?
T: niños, muchos niños... quiero que a través de ti, el apellido de mi familia se preserve... en tu vientre llevarás la nueva generación de los Valencia... ese es tu deber como doncel y deberás cumplir o tu familia pagará las consecuencias...
La anciana se alejó de Cristian y antes de salir de la habitación dijo: Lupe regresará con la ropa que te compré... te hará los ajustes necesarios para que esta noche recibas a tu marido como un doncel dócil y dispuesto a complacerlo... así será todas las noches hasta que estés preñado ¿entendiste?
Cristian sólo escuchó sin responder nada... únicamente vio que doña Teresa salía de su habitación.
La anciana bajaba las escaleras cuando en el salón principal de la mansión se encontró con Magdalena.
Con un gesto de desagrado, Teresa preguntó: ¿qué haces aquí?
Cínicamente, Magdalena contestó: vine a ver a mi hijo... quiero saber cómo está Cristian...
T: ajajajajajaja... por favor Magdalena, no me digas que ahora te preocupas por tu hijo... ayer me lo vendiste para salvarte de ir a la cárcel y ahora te presentas como una buena madre preocupada por su pequeño...
M: aunque no lo crea, yo quiero mucho a Cristian...
T: ¿lo quieres a él o a lo que ahora representa?
M: no la entiendo...
T: está muy claro... ahora Cristian es el doncel de mi nieto, por lo tanto es dueño de una gran fortuna... supongo que crees que tú podrás sacar provecho de esto, pero te equivocas, confórmate con lo que ya te pagué... no obtendrás un sólo centavo más de los Valencia...
Fingiendo hacerse la ofendida, Magdalena respondió: lo único que yo quiero es ver a mi hijo... eso es todo...
T: pues eso no se va poder...
M: porque usted no quiere que lo vea...
T: no... es Cristian quien no quiere verte... está muy decepcionado de ti por lo que hiciste... el pobre no puede creer que su madre lo haya vendido como una mercancía... no puede perdonarte, quizás nunca lo haga...
M: está mintiendo... Cristian no es así... él es un hijo obediente y sabe que lo que hice fue por...
T: por tu propia conveniencia... sólo por eso... y ya obtuviste lo que querías... salvaste tu patrimonio y obtuviste dinero... no tienes nada que buscar aquí... ahora si me permites estoy muy ocupada, llamaré a una sirvienta para que te lleve a la salida...
M: no es necesario doña Teresa, conozco muy bien la salida... con su permiso y que tenga buen día...
Furiosa, Magdalena salió de la mansión Valencia.
M: maldita bruja, necesitaba ver a Cristian para explicarle todo... no me conviene que él esté en mi contra ahora... qué diferente sería todo si Ricardo se hubiera casado con Francisco... todo esto debía ser para Ricardo, ahora me preguntó ¿dónde estará él? ¿dónde?
**********
En una humilde colonia de la gran ciudad, Esteban le mostraba a Ricardo la pequeña vivienda que rentó para los dos.
El rubio veía la estrecha casa que se encontraba amueblada de manera sencilla y con apenas lo necesario para vivir.
Esteban se acercó al ojiazul y le dijo: sé que esto es muy poco para ti, pero estaremos aquí por poco tiempo...
Ricardo intentó sonreír y haciendo un gran esfuerzo dijo: n-no... todo está muy, muy... confortable...
E: no mientas, yo sé que desearías salir corriendo para regresar a las comodidades de tu casa... yo te puedo ofrecer muy poco...
R: por favor Esteban, no volvamos con lo mismo... yo decidí seguirte y aquí estoy... es verdad, esto no es lo que me esperaba, pero te aseguro que no quiero huir, quiero seguir a tu lado... confío en ti y sé que estaremos aquí por poco tiempo, tal como me lo has prometido...
Esteban estrechó las manos del doncel y lo acercó a su cuerpo para decirle con emoción: sí, mi amor... te juro que trabajaré lo necesario para darte todo lo que te mereces...
R: te creo... además tienes un gran talento y triunfarás como pintor...
E: así es... voy a triunfar por ti... ahora mismo iré a ver a alguien que conocí antes de venir aquí...
R: ¿alguien? ¿de quién se trata?
E: es un conocedor de arte... cuando vio mis pinturas, me dijo que si un día venía a la gran ciudad lo buscara para que me conectara con quienes podían impulsar mi carrera...
Ricardo sonrió alegremente: ¿en serio? entonces no pierdas tiempo y ve con él...
E: sí, ahora mismo iré a buscarlo...
Esteban salió a toda prisa para buscar a su amigo mientras que Ricardo observaba con asco cada rincón de aquella humilde morada.
**********
Era de noche y llovía fuertemente cuando Francisco regresó a la mansión Valencia, donde su abuela lo esperaba con un rostro muy poco amigable.
T: pero mira nada más cómo vienes, estás empapado… se puede saber ¿dónde estuviste todo el día?
F: visitando nuestras tierras... viendo cómo la trabajan... platiqué con una familia que durante tres generaciones nos han servido...
Con gesto de desinterés, Teresa habló: sí, sí... pero no podías hacer todo eso otro día... no es normal que te desaparezcas el día después de tu boda... cualquier otro hombre desearía estar compartiendo con su pareja inmediatamente después de casarse...
F: por favor abuela... tú sabes que este no es un matrimonio normal... la persona con la que me casé no me ama ni desea estar conmigo... anoche casi tuve que obligarlo a cumplir con sus deberes maritales...
T: sí, sé que ese doncel no está haciendo nada fácil las cosas, pero si tú te alejas menos lo serán... tú tienes que domarlo...
F: por Dios abuela, no estamos hablando de un caballo...
T: no, estamos hablando de un doncel, que es prácticamente lo mismo... lo necesitamos para engendrar a los próximos herederos de nuestra familia...
Francisco se alejó de su abuela y dijo: me molesta pensar que mis hijos serán concebidos de esta manera...
La anciana caminó hacia su nieto y acariciando la mejilla del varonil rostro habló: te aseguro que cuando tengas esos niños en tus brazos te olvidarás de la forma... a veces lo importante es el fin y no los medios...
El ojiazul miró a su abuela, quien nuevamente se revelaba como una mujer fría y calculadora.
La anciana añadió: ahora ve con tu doncel... no ha salido de su cuarto y apenas si ha querido comer... hazlo entender, a ti tendrá que obedecerte...
Francisco estornudó con fuerza: ¡achúúúúú!
T: mira nada más, te mojaste y ahora solo falta que te resfríes… ordenaré que te lleven una taza caliente de café…
F: no es necesario abuela… lo único que necesito es una ducha caliente, hasta mañana…
Francisco no dijo más y subió las escaleras rápidamente con rumbo a su habitación.
**********
Cristian observaba desde la ventana el jardín de rosas, las cuales sin perder su belleza eran bañadas por la lluvia que caía.
Cuando escuchó pasos fuertes y firmes acercándose, el doncel se alejó de la ventana y se metió rápidamente a la cama cubriéndose con la sábana, como si de un niño regañado se tratara.
Francisco entró y vio a Cristian, quien con mirada asustada lo observaba... el doncel no podía evitar que su mente se llenara de los recuerdos de la noche anterior.
Francisco dijo: buenas noches... me dijeron que casi no has comido ¿por qué?
Con voz apesadumbrada, Cristian respondió: porque no tengo hambre...
F: pues tienes que comer bien... no me gustaría que te enfermes... en esta casa hay de todo, sólo pide la comida que quieras y te la prepararán...
C: no se trata de la comida... se trata de mí, no quiero estar en esta casa...
F: ¿por qué no? esta casa es ahora tu hogar y tienes que acostumbrarte a vivir aquí, junto a mí, tu marido...
Sin salir de la cama, Cristian dijo con tono suplicante: es que esto no está bien... yo no quiero esto para mí... yo quiero...
F: ¿ser religioso? eso ya no es posible para ti... no después de lo que pasó entre nosotros... ¿crees que en el convento te recibirían después de lo que hicimos anoche?
Llorando, el doncel replicó: yo no hice nada... fuiste tú quien... quien me...
F: ¿quien te violó? eso quieres decirme... pues estás en un error... ayer yo sólo tomé lo que me corresponde por derecho... tú eres mi doncel y como tal tienes obligaciones conmigo, una de ellas es satisfacerme en la cama... y debo reconocer que quedé muy complacido...
El rubor cubrió las mejillas de Cristian: no repitas eso por favor...
F: ¿por qué no? estamos solos... esta es nuestra alcoba y aquí pasarán muchas más cosas de las que no tienes por qué avergonzarte...
C: te lo suplico Francisco, déjame ir...
F: no puedo hacerlo... no después de lo que hicimos... ¿no te das cuenta que quizás ya estás esperando un hijo mío?
Cristian se sorprendió por las palabras del varón: ¿qué dices? eso... eso no puede ser...
F: claro que puede ser... anoche tuvimos relaciones y eyaculé dentro de ti... eres un doncel fértil, una relación sexual es suficiente para que quedes preñado...
Cristian comprendió que Francisco tenía razón en lo que decía, pero se negaba a aceptar la realidad.
C: no es cierto... yo no puedo estar embarazado, no puedo...
Francisco caminó hacia el lecho donde el joven sollozaba y dijo: quizás aún no, pero lo estarás tarde o temprano... de ti depende si quieres vivir en esta casa procurando ser feliz o viviendo un calvario...
C: no se puede ser feliz estando preso...
F: tú no estás preso... puedes salir cuando quieras, siempre que yo te dé permiso y con la condición de volver... de lo contrario, ya sabes lo que le pasaría a tu madre...
Cristian miró a los ojos azules de Francisco y dijo: yo creía que eras un hombre bueno... me equivoqué...
F: soy un buen hombre, no le hago daño a nadie...
C: me haces daño a mí...
F: te equivocas, si quieres culpar a alguien por tu situación no me culpes a mí... yo no busco hacerte ningún daño...
El varón tomó el mentón de su doncel y lo acarició suavemente al tiempo de decirle: si eres dulce y tierno conmigo, te prometo hacerte muy feliz...
Cristian alejó su rostro bruscamente y vociferó: nunca, nunca voy a ser tierno contigo... no puedo serlo cuando está claro que para ti al igual que para tu abuela, yo soy sólo una máquina que sirve para darles niños... una cosa que se usa y nada más...
Francisco habló con rudeza: pues entonces has elegido vivir un calvario... que conste que tú lo decidiste...
El varón guardó silencio y comenzó a desabrocharse la camisa mojada por la lluvia... Cristian rápidamente se puso a la defensiva.
C: ¿qué haces?
F: desvestirme para acostarme en mi cama...
C: estás loco si crees que dormiré contigo... prefiero dormir en el suelo...
El doncel se puso de pie cubriendo todo su cuerpo con la sábana... aunque llevaba una pijama debajo, el joven sentía esa tela como una defensa ante su marido.
Francisco respiró hondo, pues a pesar de todo entendía que la situación no debía ser fácil para Cristian...
F: muy bien, sólo por hoy tú ganas... yo dormiré en el sofá y que te quede claro que si cedo es porque anoche fui un poco brusco contigo y supongo que aún debes estar adolorido... toma esto como una disculpa...
Cristian vio que Francisco se alejó de la cama y se dirigió al sillón que estaba cerca de la ventana... el doncel se subió a la cama y se acostó en silencio.
El varón se quitó la camisa y Cristian se cubrió el rostro con la sábana para no ver desvestirse a su marido.
Francisco sonrió y dijo: una cosa más, hazte a la idea que lo que pasó anoche se volverá a repetir... eres mi doncel y tendrás que cumplir con tus deberes... si no cedes, quien más sufrirá serás tú... buenas noches "mi amor"...
Cristian escuchó esas últimas palabras llenas de ironía y comenzó a llorar sabiendo que no le quedaba más que resignarse a su nueva vida.
Acostado en el sofá, Francisco escuchaba el llanto de su doncel y aunque comprendía el dolor de Cristian no podía hacer nada para consolarlo... no podía liberarlo de su calvario.
**********
Era más de medianoche cuando Cristian se despertó escuchando la voz de Francisco que decía en tono bajo: ¡mamá… mamá!
El doncel creyó que el ojiazul estaba soñando, pero al distinguir que el varón temblaba sobre el sofá en el que dormía, Cristian se puso de pie y se acercó.
El pelinegro vio que Francisco tenía escalofríos, por lo que recordó que había llegado empapado de la calle… seguramente tenía fiebre, pensó.
Con su delicada mano, Cristian tocó la frente del ojiazul comprobando que este tenía temperatura.
C: ¡Dios Mío! Está ardiendo en fiebre… ¿qué hago?
Al sentir la mano del doncel, Francisco despertó y sujetándolo fuertemente dijo: mamá ¿eres tú?
Cristian comprendió que la fiebre hacía delirar al ojiazul, por lo que respondió: Francisco, soy Cristian… tienes temperatura… voy a despertar a tu abuela para que llame a un médico…
Volviendo a la realidad, el varón contestó: n-no es necesario… ya se me va pasar… no quiero ningún médico, ni a mi abuela…
El doncel insistió: si no quieres que venga un médico… al menos tómate una pastilla para la fiebre… dime dónde está el botiquín de la casa…
Temblando de frío, Francisco respondió: está en la cocina… pero no es necesario que vayas tú, pídelo con alguna de las sirvientas…
C: ya es muy noche… todos están durmiendo… yo voy, ahora vuelvo…
Minutos después, Cristian regresó a la habitación y le dio a Francisco una pastilla para la temperatura.
C: con esta pastilla, la fiebre cederá, seguramente te dio porque te mojaste…
Cristian también llevó una bandeja con agua tibia, por lo que tras humedecer un paño, lo colocó sobre la frente del ojiazul, quien preguntó: ¿qué haces?
El doncel contestó con voz suave: dicen que paños tibios en la frente son buenos para disminuir la fiebre…
F: mi mamá también decía lo mismo… eso hacía precisamente cuando me enfermaba…
Sin responder, el doncel humedeció otro paño y lo cambió por el que ya se había secado en la frente de Francisco… a pesar de la oscuridad, el ojiazul observaba las finas facciones del rostro del doncel, quien con este acto le demostraba ternura y bondad.
C: descansa, me quedaré despierto hasta que estés sudando, eso significará que ya no tienes fiebre…
El ojiazul cuestionó: ¿por qué haces esto Cristian? Hace un rato me pedías que te deje libre… para ti sería mejor si yo me muero…
C: no digas tonterías… una cosa es que no quiera estar en esta casa y otra que te desee algún mal…
F: ¿no me odias después de lo que pasó ayer entre nosotros?
Con un ligero rubor en sus mejillas, Cristian contestó: no hablemos de eso y descansa, por favor…
Francisco tomó la suave mano del pelinegro y dijo mirándolo a los ojos: gracias Cristian… gracias por preocuparte por mí…
Sin responder, el doncel retiró su mano rápidamente y volvió a cambiar el paño de la frente de Francisco.
La fiebre y el sueño vencieron al ojiazul, quien despertó horas después completamente fresco y recuperado, solo se había tratado de un resfrío por mojarse.
El varón miró hacia su cama y ahí estaba Cristian dormido profundamente… lo último que recordaba de él, es tenerlo a su lado colocándole en la frente paños de agua tibia.
Francisco caminó hasta la cama y observó con detenimiento al bello doncel.
Suspirando y sin atreverse a interrumpir el sueño del pelinegro, Francisco pensaba si quizás Cristian era un doncel diferente a todos los que había conocido hasta ahora.
Francisco pensaba si quizás Cristian era esa persona que podía darle el tipo de amor que él buscaba.
**********
La mañana llegó y Cristian se despertó al sentir un aroma muy particular... se levantó de su lecho y vio varios jarrones llenos de rosas rojas adornando el lugar.
En ese momento, Lupe, su sirvienta personal, entró y dijo: buenos días don Cristian...
C: bu-buenos días... ¿qué pasó aquí? ¿por qué hay tantas rosas?
L: ah, yo las coloqué... espero le agraden... las rosas me las dio don José, el jardinero...
C: ¿don José?
L: sí, me dijo que don Francisco le ordenó que todas las mañanas le tenga rosas frescas para usted... don Francisco quiere que usted despierte con un bello aroma todos los días...
Cristian se quedó en silencio ante las palabras de la sirvienta.
C: ¿dónde está Francisco ahora?
L: su esposo está desayunando con su abuela en el comedor... ¿quiere que lo arregle para bajar a desayunar?
Entre tanto, Teresa observaba a su nieto que tomaba el café fingiendo leer el periódico.
T: el desayuno está por servirse y parece que tu doncel no piensa bajar otra vez... deberías ir a buscarlo...
El ojiazul dejó la taza de café sobre la mesa y respondió: no lo haré... si Cristian quiere bajar que lo haga y si no, ordenaré que le suban el desayuno a su cuarto...
T: pero no te das cuenta que ese muchachito está haciendo lo que quiere... se supone que tú eres el hombre en esa relación...
Francisco contestó con firmeza: soy un hombre abuela, pero no un carcelero... no voy a tratar a Cristian como si estuviera prisionero, obligándolo a desayunar con nosotros si no quiere... de esa forma menos se sentirá cómodo en esta casa...
T: a mí no me importa que se sienta cómodo... lo que quiero es que...
Francisco interrumpió: ya sé lo que quieres... me lo has repetido varias veces... y lo tendrás a su debido tiempo... déjame hacer las cosas a mi manera...
T: está bien, que sea como quieras, pero creo que estás errando el camino... si fuera tú, lo que yo haría es...
Una dulce voz interrumpió a doña Teresa: buenos días...
La anciana volteó a ver de quién se trataba y Francisco sonrió al ver a su doncel parado frente al comedor luciendo su tierna belleza.
Rápidamente el varón se puso de pie y dijo: buenos días Cristian...
Teresa habló: ¿hoy si vas hacernos el honor de desayunar con nosotros?
Cristian sólo asintió ante el comentario irónico, mientras que doña Teresa le dijo a su nieto: que se siente en el lugar que está a tu lado Francisco... ese será su asiento a partir de hoy...
Galantemente, el ojiazul retiró la silla indicada para que Cristian ocupara su lugar.
Doña Teresa dio órdenes a la servidumbre para que sirvieran el desayuno, mientras que Cristian sentía que su rostro se pintaba de color rojo ante las miradas de Francisco y su abuela.
**********
Y mientras Cristian se sentía incómodo en aquel comedor de lujo, Ricardo no podía desayunar en la humilde mesa donde se encontraba junto a Esteban.
El pintor veía al pelirrubio jugueteando la comida y dijo: ¿no tienes hambre?
R: casi no... mejor cuéntame cómo te fue ayer con tu amigo...
E: muy bien... me pidió que le lleve algunas muestras de mis pinturas para que él las enseñe con otros colegas y muy pronto pueda montar una exhibición...
R: eso sería fantástico... una exposición con tus propios cuadros... creo que es el sueño de cualquier pintor...
E: sí... ahora mismo voy a llevarle las pinturas que me pidió... regresaré en un rato...
R: y ¿piensas mostrarle el retrato que me hiciste?
E: por supuesto.... tu retrato es una de mis mejores obras... sobretodo porque tú ya eres una obra de arte...
Esteban besó la mano de Ricardo al tiempo de decirle: eres mi inspiración... por ti seré el mejor de los pintores...
R: y yo seré el doncel más orgulloso al verte convertido en un gran pintor...
Esteban tomó por la cintura al rubio y le dijo: te amo...
R: y yo a ti...
Los labios de ambos se fundieron en un ardiente beso... parecía que el amor entre los dos jóvenes era sincero e irrompible... pronto el destino los pondría a prueba.
Esteban salió de la pobre vivienda con algunas de sus obras bajo el brazo... presuroso cruzaba las calles de la gran ciudad lleno de optimismo y emoción por un futuro prometedor.
Soñaba con darle a Ricardo todos los lujos que su muso merecía... las ilusiones del pintor eran tan grandes que nublaron su vista y no vio el automóvil que lo arrolló haciéndolo volar por los aires.
Esteban cayó al suelo inconsciente... pronto la gente comenzó a rodearlo observando que de la cabeza del joven salía un hilo de sangre.
¿Qué pasará con Esteban?
Continuará…

Hola! cómo estás?
ResponderEliminarQué buen capítulo! Cristian no puede ni quiere aceptar el destino que le trazó su madre y se resiste a vivir allí.
Francisco y su abuela tienen muy distintas maneras de pensar,pero él desea hacer funcionar su relación con el doncel.
Magdalena vino a visitar a su hijo pero la matriarca no se lo permitió y le dijo que no verá un centavo más.
Ricardo y Esteban viven en una casita humilde pero el pintor tiene una posibilidad de progresar y darle una vida mejor a su doncel.
Esteban tiene un accidente... qué pasará ahora?
Cristián bajó a desayunar junto a Francisco y la matriarca.
Podrá acostumbrarse a esa vida en la mansión Valencia? Ya estará embarazado?
Espere muchísimo este capítulo y no me defraudó!!
Buen resumen tienes razón encima el capitulo estuvo excelente
EliminarCreí que me quedaría sin saber que pasó con ellos ...
EliminarDe casualidad volví a dar con la historia.
Soy Sailor Fighter por cierto!!
ResponderEliminarHola Sailor Fighter, muchas gracias por tu comentario, me alegra que te haya gustado el capítulo... las cosas se pondrán cada vez más intensas... pronto estará la conti... saluditos... ;)
Eliminarestaaaaaaa muy interesante de hecho soy un viejo seguidor de cuando eras #FDDO ROMI
ResponderEliminarMuchas gracias y se pondrá más interesante... qué bueno que me lees desde hace un rato... espero seguir contando con tu apoyo... saluditos... ;)
EliminarKyaaaaaaaaaaa aaaa siiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii
ResponderEliminargracias por el nuevo capitulo
Francisco volverá a tomarlo a Cristian siiiiiiiiiiiiiii me pregunto si esta preñado ya o como lo veo va ver más rondas amo esto
Ricardo jaja se lo merece bueno esteban creo q tu todabia nos encontrado a tu mejor cuadro Porq Ricardo no pues te va undir
Holaaaa... pues el objetivo es embarazar a Cristian y creo que tendrán que intentarlo más de una vez para que se aseguren, jejejejeje... sobre Ricardo y Esteban, ni te imaginas lo que está por venir... saluditos... ;)
EliminarPues el accidente de esteban le aria ver la verdad Porq en las buenas en las malas tu pareja debe estar contigo
ResponderEliminarNo seria justo q muriera Porq es buen chico...
todo puede sucerder, no diré más jajaja... ;P
EliminarHay q bueno q regresaste estaba muy triste pero gracias a ti se levanto un poco mi animo
ResponderEliminarHola, qué bueno que te animaste un poco... desafortunadamente no me aparece tu nombre, sólo me sale usuario desconocido, agradecería colocarás al final de tu comentario tu nombre o seudónimo para saber de quién se trata... saluditos... ;)
EliminarHola Shunny! Que alegría con la actualización, el capítulo estuvo muy bueno, como siempre, aunque por un momento pensé que tendríamos más lemon. Me gusta mucho la forma de Francisco, como siga así Cristián se va a enamorar pronto de él. En cuanto a Ricardo no le quedará más de otra que regresar, pués tengamos en cuenta que Esteban era el que se tendría que hacer calgo de él y ahora con este accidente, pués no podrá. Sabemos que Ricardo esta acostumbrado a que le den todo y él contaba con Esteban para continuar su vida de lujo, y no sabemos las consecuencias que pueda tener el accidente, y si queda imposibilitado para caminar? Bueno desde ya me imagino que Ricardo aparecerá en la vida de su hermano, a lo mejor y entonces es que comenzará el verdadero calvario para Cristián. Y oye chica que estoy loca con tus otras historias, que me encantan y no veo la hora de que las actualices.
ResponderEliminarPues por supuesto que habrá más lemon, pero dejemos descansar al pobre de Cristian que quedó un poco adolorido por su primera vez, jejejeje... respecto a las otras historias, poco a poco las iré actualizando... desearía tener más tiempo para escribir, pero mis ocupaciones no me lo permiten, ahí vamos poco a poco... saluditos... ;)
EliminarHola amiga,esta muy bueno que le pasara a nuestro Esteban. Sería lindo ver a Cristian y Lupe como buenos amigos. Francisco más te vale no seguir de caballeroso te estoy vigilando:v
ResponderEliminar¿Qué le pasará a Esteban? Lo descubrirás en el siguiente capítulo y sí por favor Francisco no sigas de caballeroso que nos enamoramos, jajajaja... saluditos... ;)
EliminarYo soy tu siguidor desde que publicabas en sexosintabues, es increíble tanta cantidad para leer, me emociona, me encantan...
ResponderEliminarmuchas gracias... me alegra saberlo... aquí encontrarás muchas más historias, novelas homoeróticas y algunos relatos... haya para todos los gustos... saluditos... ;)
Eliminar10 10 10 10 10 10 10 10 por fa 10 10................
ResponderEliminarSe está haciendo larga la espera
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